El primer círculo de silencio del año será por los derechos de las personas con problemas de salud mental.
El círculo tendrá lugar el jueves 30 de enero a las 8 de la tarde en la Puerta Zamora, junto a la Iglesia de San Marcos. El acto se celebrará al mismo tiempo y por la misma causa en una docena de lugares de Cáceres y en Beja, Portugal.
Tras el acto se procederá a la lectura del siguiente manifiesto:
MANIFIESTO CÍRCULO DEL SILENCIO POR LA SALUD MENTAL.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó en 2017 la resolución “Salud mental y Derechos Humanos” donde reafirma el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental y pone de relieve que la salud mental es una parte esencial de ese derecho.
Por eso nos hemos reunidos hoy en este Círculo del Silencio, por el derecho a la salud mental de todas las personas, porque a todos nos afecta y necesitamos mantenerla; pero, en especial, nos reunimos por aquellas personas que padecen algún problema de salud mental.
En dicha resolución el Consejo de la ONU se muestra “profundamente preocupado” porque las personas con problemas de salud mental de todo el mundo “puedan ser objeto, de manera generalizada, de discriminación, estigma, prejuicios, violencia, abusos, exclusión social y segregación, internamiento ilegal o arbitrario, medicalización excesiva y tratamientos que no respeten su autonomía, voluntad y preferencias”.
Desde la propia experiencia de las personas con problemas de salud mental que se acompañan en Cáritas, queremos hacer énfasis en la dificultad que tienen para el acceso a la vivienda, incluso disponiendo de medios económicos para ello. La falta de vivienda les afecta 4 veces más que a la población general. De la misma forma, queremos insistir en el grave problema del acceso al trabajo, ya que 8 de cada 10 personas con problemas de salud mental no tienen empleo. Es muy lamentable que, a día de hoy, sobre la enfermedad mental recaiga el peso del estigma social, que imposibilita la integración, la inclusión social y la participación de estas personas.
Reconociendo la necesidad de proteger, promover y respetar todos los derechos humanos en la respuesta global a las cuestiones relacionadas con la salud mental, en la resolución de la ONU se recalca que los Estados deben asegurarse de que las personas con problemas de salud mental puedan “vivir de forma independiente, ser incluidas en la comunidad, ejercer su autonomía y capacidad de actuación, participar de manera significativa en todos los asuntos que las afecten y tomar decisiones al respecto, así como lograr que se respete su dignidad, en igualdad de condiciones con las demás personas”.
Este Círculo del Silencio reclama el derecho a la salud mental de toda persona. Por lo que se debería garantizar el acceso a los servicios básicos, potenciando la presencia de psicólogos en la atención primaria. Hay que crear recursos que garanticen la continuidad de los tratamientos, y no solamente los farmacológicos, facilitando una mejor formación adecuada a las necesidades de estas personas, dirigida a poder acceder al mercado de trabajo.
Todos podemos hacer algo. Todos tenemos cerca a alguien con algún problema de salud mental. Es necesario el compromiso de cada uno. La lucha contra el estigma en salud mental depende de ti, depende de mí, cambiemos nuestros prejuicios.