Cristina Manzanedo, abogada y experta en temas de control migratorio de la Fundación Entreculturas, abrió ayer la Escuela de Formación Social 2018 de Cáritas Diocesana de Salamanca, que se ha basado en la campaña Compartiendo el Viaje.
Su ponencia llevó como título ‘Migración global y crisis de los refugiados: tiempo de observar y actuar’. En la misma Manzanedo realizó un repaso por los orígenes de las migraciones, dejando claro que se trata de un fenómeno intrínseco al ser humano que se ha producido en todas las épocas de la historia de la humanidad. Y que por mucho que quieran hacer los estados, muchas de las causas que la producen no son abordables ni atajables.
La experta señaló, de igual modo, que, en contra de la creencia popular, los migrantes suelen proceder de países que están despegando económicamente, porque los más pobres no pueden ni plantearse la idea de emigrar. También que aquellos países que más refugiados acogen son, precisamente, los del entorno, liderando la lista el Líbano, con un 25% de su población procedente de otros lugares, y estados tan pobres como Etiopía.
En estos momentos, añadió Manzanedo, es preocupante la situación de los migrantes forzosos, a los que se deniega la condición de asilados por no cumplir los requisitos establecidos en la convención de Ginebra, pero que tienen que huir de sus países por su complicada situación, ya sea social, económica o climática. Es el caso de los países de Centroamérica (El Salvador, Honduras o Guatemala), cuyos nacionales cada vez llegan más a España y a quienes se deniega el asilo.
Asimismo, entre las personas que abandonan sus hogares están también los afectados por la esclavitud moderna, la trata de personas, y los más vulnerables, los desplazados dentro de sus propios países, de los que no pueden salir por falta de recursos. Sin olvidar a los apátridas, aquellos que no tienen nacionalidad ni son reconocidos por ningún estado.
Frente a esta situación, Cristina Manzanedo resumió en una frase la política que se sigue en España y, en general, en Europa: «los refugiados no llegan porque existe el acuerdo con Turquía, y si alcanzan nuestras fronteras, ponemos vallas, y si consiguen entrar, los mandamos a los Centros de Internamiento de Extranjeros. Vivimos en un mundo vallado».
«Y es que la emigración se ve como un problema, cuando, al contrario, a lo largo de la historia ha demostrado ser un fenómeno positivo cuando es bien gestionada, pero para ello necesita un esfuerzo de dos, del que llega y del que acoge», concluyó la experta, ante un aula cultural EspañaDuero llena de público.
La Escuela de Formación Social continuará hoy a las 20 horas con la intervención de Alberto Ares, SJ: ‘¿Cuándo se vimos forastero y te acogimos? Cómo hacer una lectura contemplativa de la realidad de las migraciones forzosas a partir de nuestra experiencia humana y de fe’.