Rosa Hernández, responsable del departamento de formación y voluntariado de Cáritas Diocesana de Salamanca nos ofrece hoy su reflexión sobre la crisis en la que estamos inmersos: “Recuerdo que al principio todo quedaba tan lejos, en ciudades cuyos nombres eran difíciles de pronunciar. Pero poco a poco empezaba afectarnos. Y la situación ya cambiaba. De repente la engreída y endiosada Europa contemplaba con mirada escéptica que la sociedad de bienestar que pacientemente había instaurado en las últimas décadas tenía muchas grietas y fisuras por donde destilaban gotas de gran fragilidad. Poco a poco la arrogancia y el sentimiento de autosuficiencia que se habían ido adhiriendo de manera silenciosa y casi sin permiso en nuestro pensamiento colectivo empezaron a resquebrajarse. Esta crisis nos ha hecho despertar de nuestros delirios de grandeza. Durante mucho tiempo hemos jugado a ser dioses de barro. Nos creímos invulnerables e inquebrantables, y olvidamos nuestra condición de barro y de fragilidad.”
Vitaminas para resistir: cicatrices de esperanza
Vitaminas para resistir: cicatrices de esperanza
10 mayo, 2020