Cáritas Española sigue acompañando a Cáritas Haití para
ofrecer respuestas urgentes al desafío de la pobreza y el hambre.
Cuando se cumplen 10 años del devastador terremoto que el 12 de enero de 2010 asoló Haití, Cáritas Española mantiene su estrecha colaboración fraterna con la Cáritas Haitiana para ayudar a los haitianos a reconstruir su futuro y acompañar a las personas más vulnerables a combatir las causas de la pobreza.
Cáritas Española ha asumido durante esta década una importante responsabilidad al canalizar más de 25 millones de euros aportados por los donantes españoles a través de la campaña de solidaridad “Caritas con Haití” lanzada a raíz del seísmo.
A pesar del intenso trabajo de respuesta a la emergencia en los meses posteriores al seísmo y de los numerosos proyectos de reconstrucción desarrollados a lo largo de esta década para superar los demoledores efectos de la catástrofe, queda todavía mucho camino por recorrer en el país caribeño.
Respuestas urgentes al desafío de la pobreza y el hambre
Como se constató durante la celebración de su última Asamblea General de Cáritas Haití, la inseguridad alimentaria está aumentando. Ante este deterior de las condiciones de vida básicas de muchos haitianos, la red Cáritas en la isla tiene el deber de ofrecer respuestas urgentes al desafío de la pobreza y el hambre.
Diez años después del terremoto, los retos siguen siendo considerables, si se tiene en cuenta que la situación de extrema vulnerabilidad del pueblo haitiano se agudizó debido a los efectos del terremoto.
Además, en los dos años siguientes el país se vio abocado a afrontar nuevas emergencias humanitarias: al impacto del huracán “Tomás” también en 2010, siguió un serio brote de cólera en 2011 y dos huracanes, “Isaac” y “Sandy”, en 2012. Los huracanes se han sucedido hasta el día de hoy, con especial impacto de “Mathew” en 2016, que provocó más de 800 víctimas y grandes destrozos.
En los últimos cuatro años, a medida que la población haitiana iba recuperando su derecho a una vivienda y se estabilizaba las necesidades generadas por la emergencia del terremoto, el apoyo de Cáritas Española ha puesto el foco en los programas de educación primaria y formación profesional, junto a los proyectos de seguridad alimentaria que permitan a la población local producir sus propios alimentos y generar sus modos de vida.
Todas las actividades tienen también un enfoque dirigido a aumentar la resiliencia de las comunidades ante posibles desastres naturales. Desde 2016, se han llevado a cabo más de 20 proyectos con este enfoque financiados por Cáritas Española, en los que, de forma general, se han abordado los capítulos de alimentación, agua y saneamiento, salud, educación, vivienda, empleo y capacitación laboral.
En este último cuatrienio la aportación de Cáritas Española es de 5,2 millones de euros.
De la ayuda de emergencia a la reconstrucción
Esta ha sido una década difícil para Haití, un país ya de por sí postrado por unas condiciones de pobreza extremas y que en enero de 2010 se vio golpeado por un seísmo de 7 grados en la escala Richter con epicentro entre Jacmel y Puerto Príncipe, la capital del país. El terremoto causó la muerte a 300.000 personas, dejó sin hogar a más de un millón y provocó el desplazamiento de otros dos millones de haitianos.
Este desastre marcó un hito en la solidaridad y la cooperación internacional, en la que la que Cáritas Española y el conjunto de la red Cáritas desempeñó desde las primera horas un papel de liderazgo.
Volcada como nunca en el apoyo a los damnificados más vulnerables, Cáritas canalizó la solidaridad de la comunidad cristiana y de donantes particulares de todo el mundo.
Dentro del marco de trabajo de cooperación fraterna, donde la Cáritas local es la que lidera la respuesta a la emergencia, Cáritas Haití ha actuado como los ojos y las manos de la acción de la red Cáritas en el terreno para ayudar a cientos de miles de personas a encontrar sus propios caminos de desarrollo hacia una vida digna.
El primer objetivo de Cáritas tras el terremoto fue la atención de las necesidades básicas de las personas damnificadas más vulnerables y no atendidas, es decir, las mujeres, los niños, los heridos, los discapacitados, los enfermos y los desplazados. Especialmente, a aquellas personas a las que no llegaba la acción de otras redes y organizaciones.
El trabajo desarrollado por Cáritas se basó en los principios que inspiran el trabajo de la Confederación en el terreno de la cooperación internacional:
- Solidaridad con todos los miembros de la red Cáritas, como opción preferencial y evangélica por los pobres y como comunicación cristiana de bienes a través del acompañamiento a las Iglesias locales.
- Subsidiariedad, respecto a la capacidad y autonomía de cada Cáritas miembro y de la iglesia local, en la búsqueda de la armonía y la efectividad de la misión común de la Confederación.
- Fraternidad, basada en el respeto entre las diferentes Cáritas y las Iglesias locales, y el reconocimiento a sus propias culturas, costumbres, recursos y capacidades.
- Gestión eficiente, orientada a la búsqueda del beneficio de los más necesitados y basada en los principios de independencia, austeridad y transparencia.
Cuando se conoció la tragedia ocurrida en Haití, Cáritas Española activó su protocolo de emergencia y se enviaron de forma urgente 475.000 euros para hacer frente a las primeras necesidades de los damnificados. La coordinación en red, especialmente con la cercana presencia de Caritas Dominicana, permitió desplegar de forma rápida una operación de respuesta humanitaria en el terreno.
Asimismo, las Cáritas Diocesanas de toda España sumaron inmediatamente apoyos y donaciones a la acción de la red confederal, tanto movilizando fondos propios como buscando el apoyo de Administraciones públicas y donantes particulares.
En los primeros meses, Caritas centró sus esfuerzos en proporcionar alimentos, agua, saneamiento, apoyo médico y viviendas temporales a centenares de miles de personas necesitadas. Meses después del terremoto, estas actividades de emergencia de Caritas habían llegado a más de 1,5 millones de damnificados
Durante la fase de respuesta temprana, los programas de vivienda de Caritas suministraron tiendas o lonas impermeables a 100.000 personas en Puerto Príncipe, Léogâne, Jacmel y otras regiones.
Asimismo, en esa etapa se prepararon raciones de comida para 1,5 millones de personas, se suministró agua potable cada día en camiones de 30.000 galones de capacidad a cuatro campamentos de acogida temporal, se construyeron letrinas y se repartieron a los damnificados productos de higiene, bidones y equipos de purificación de agua.
Junto a ello, Caritas también distribuyó ayuda alimentaria de emergencia a 600.000 personas desplazadas procedentes de la capital y acogidas en diversas zonas de la isla.
Los programas de “dinero por trabajo” de Caritas emplearon a 2.000 haitianos durante el primer año y más de 350.000 personas en Haití se beneficiaron de los programas de salud ejecutados por la red. Además, Caritas organizó dos ferias para agricultores y prestó apoyo psicológico a más de 2.000 niños en los campamentos.
Se levantaron 25 tiendas para que funcionaran como escuelas, mientras otros 53 centros educativos recibieron materiales para poder reanudar sus actividades. Asimismo, se impartieron ciclos de formación prolongada a 100 maestros dentro del programa “Refuerzo del Sistema de Formación Profesional”.
En toda la etapa de respuesta de emergencia se hizo especial hincapié en proporcionar consuelo y esperanza a las víctimas, a través de una red de sacerdotes y psicólogos que acompañaron a las personas afectadas.
En total, en esta primera fase de respuesta a los efectos del terremoto Cáritas Española aportó unos 4 millones de euros.
2011-2015: Planificando el desarrollo
Durante esta fase, la red internacional de Caritas inviritó más de 80 millones euros en Haití para cubrir tanto las nuevas necesidades de emergencia que iban surgiendo por los sucesivos huracanes, inundaciones y la epidemia del cólera, como para financiar proyectos de reconstrucción de infraestructuras y viviendas, educación, medios de subsistencia, abastecimiento de agua, saneamiento, fomento de capacidad y programas de salud.
Un año después de terremoto más de un millón de personas vivían todavía en campamentos temporales. Por ello, Caritas dio prioridad al problema de la vivienda y se centró en actividades tales como la construcción y reparación de casas, el fomento del respeto de las normas de construcción antisísmica, la capacitación de la mano de obra en el sector de la construcción y el suministro de materiales de construcción para los damnificados por el terremoto. En esa etapa, Cáritas Española financió la reconstrucción de 320 viviendas, de las que se beneficiaron un millar de familias.
La salud, la nutrición y la seguridad alimentaria fueron los otros ejes de intervención de Caritas, que a fecha de hoy siguen siendo el centro de la acción de Cáritas Haití, sobre todo con el objetivo de fortalecer la atención sanitaria a largo plazo. Incluso antes del terremoto, muchos haitianos no recibían suficiente atención sanitaria. Para ello, Caritas estableció durante los primeros años dispensarios y equipos móviles de salud en diferentes regiones. La sensibilización acerca las cuestiones de la atención de la salud y la higiene se llevó a cabo mediante campañas y actividades de capacitación, especialmente en los campamentos para personas desplazadas.
Durante 2011 se tuvieron que establecer programas complementarios para hacer frente a la epidemia del cólera. Caritas invirtió en personal y equipos para los centros de salud locales, y distribuyó tabletas para la depuración del agua e impartió capacitación para prevenir la difusión de la epidemia.
En cuanto a la seguridad alimentaria, se presta apoyo mediante la distribución de semillas y ganado a los productores, la reconstrucción de los sistemas de riego y la capacitación para mejorar la producción de alimentos de forma sostenible.
Los fondos destinados por Cáritas Española a los programas incluidos en esta fase ascendieron a 15,8 millones de euros.
Resiliencia
“En este momento, justo cuando se cumplen 10 años desde el terremoto –señala Iñaki Olazábal, responsable de Haití en Cáritas Española—, la acción de Cáritas en el país se encuentra en un punto de inflexión, donde el apoyo a los equipos está resultando vital para que los procesos lleguen a fortalecerse y consigan sus objetivos de transformación y generación de resiliencia”.
“Y esta última, en un contexto como el de Haití, es fundamental para poder superar las situaciones de exclusión social y encontrar herramientas que impulsen la autogestión de los haitianos e iniciativas de economía solidaria en zonas de gran ausencia estatal”, añade.