Los menores, de entre 4 y 10 años y de la misma localidad, visitaron el vivero y aprendieron sobre su funcionamiento.
Este es el cuarto año que se organiza esta actividad, enmarcada en la escuela de verano del ayuntamiento de Cabrerizos. Unos 12 niños conocieron de primera mano el trabajo que se lleva a cabo en el vivero situado en la localidad Salmantina. No solo eso, se convirtieron en jardineros por un día.
Durante la visita guiada, se les enseñó el funcionamiento de los invernaderos y el huerto, acompañados por varios educadores. Los niños aprendieron a reconocer las plantas de jardín y las frutas, el proceso de recolección y a identificar y buscar diferentes insectos. Tras la explicación, plantaron sus propias semillas y durante la comida al final de la jornada, disfrutaron de los productos recogidos en el huerto: calabacines, tomates… e incluso sandías.
La mayor parte de los productos recolectados en este espacio (incluyendo tomates, pimientos o fresas), se reparten después entre los centros de Cáritas según la necesidad, incluyendo el Espacio Abierto y la Casa Samuel para enfermos de Sida.
¿Cuál es el objetivo de Cáritas con el vivero de Cabrerizos?
El vivero forma parte del programa de atención a las drogodependencias, divido en dos fases:
En un primer momento se ofrece la incorporación al Centro de Día de atención integral, donde se realiza un acompañamiento a las personas que quieren llevar a cabo un programa de rehabilitación libre de consumos en su propio medio, que posibilite su incorporación social.
En una segunda fase, que implica un trabajo más intensivo y un cambio de hábitos, se encuentra el trabajo en el vivero; donde se ofrece un curso que tiene una duración aproximada de siete meses y que tiene como objetivo facilitar su formación laboral y aumentar sus capacidades y habilidades de búsqueda de empleo.