Este mes de enero ha finalizado un taller de risoterapia en la segunda fase del centro de día, dentro del recurso de atención y prevención a las drogodependencias.
Esta formación trata de utilizar el potencial del humor y la risa y aplicarlo en el proceso de recuperación. Según investigaciones cada vez más numerosas las personas con buen sentido del humor sufren menos estrés, tienen una salud más fuerte tanto física como mental y emocional, son más creativos, se comunican y relacionan de un modo más ameno, saben afrontar la vida y los conflictos desdramatizando, y son capaces de crear un ambiente de trabajo agradable donde se experimenta que el humor, la risa, la seriedad y el trabajo bien hecho son perfectamente compatibles y deseables.
Este taller busca desarrollar una competencia personal para relacionarse con uno mismo, con los demás, en situaciones habituales y conflictivas y que al mismo tiempo ayude a afrontar la vida diaria.
Este taller busca desarrollar una competencia personal para relacionarse con uno mismo, con los demás, en situaciones habituales y conflictivas y que al mismo tiempo ayude a afrontar la vida diaria.
Los objetivos principales son entender que el sentido del humor y la capacidad de reír:
-Mejoran nuestra salud física, mental, emocional, social y laboral y nos hacen más resistentes al estrés.
-Mejoran nuestra salud física, mental, emocional, social y laboral y nos hacen más resistentes al estrés.
-Potencian nuestra autoestima, creatividad, inteligencia emocional y las capacidades de comunicación, relación, prevención y solución de conflictos, trabajo en equipo y creación de un clima de convivencia positivo y armónico.
-Desarrollan nuestro “yo” positivo, divertido y creativo.
-Desarrollan nuestro “yo” positivo, divertido y creativo.
La metodología que se ha seguido durante seis sesiones ha sido activa y participativa, planteándose actividades y dinámicas.