En lo que va de 2017 ha destinado más de un millón de euros a diversos programas de ayuda humanitaria para los desplazados en esa región
Cáritas Española mantiene muy activa su solidaridad con la República Democrática del Congo, un país sujeto desde hace décadas al estallido de la violencia causado por una sucesión de conflictos armados de mayor o menor intensidad.
Amalgama de intereses
A los enfrentamientos de origen étnico, en ese país situado en el corazón de Africa se suma una amalgama de intereses en la que se dan la mano el control de los recursos naturales, la extorsión y el pillaje de las poblaciones locales, ya sea para financiarse o bien para ponerse al servicio de intereses políticos y económicos.
La región del Sur Kivu, al este del país, vive dese hace décadas una situación de inseguridad permanente. Se trata de una zona en la que las fuerzas armadas del Congo concentran la mitad de los 150.000 efectivos con los que cuenta en todo el país y donde las operaciones militares contras los grupos armados presentes en la zona está muy ligada al control por el acceso y explotación a los numerosos recursos naturales.
El conflicto del Kivu está estrechamente ligado esos recursos, de los que depende la financiación de los grupos armados y suponen un incentivo para la intervención de los países limítrofes. El conglomerado de intereses económicos, políticos y geoestratégicos se suma a la capitalización de los mismos y a su extracción, que hace que muchas de las concesiones mineras vulneren los derechos laborales de la población local y supongan una fuente añadida de conflictividad.
Desplazamientos de población
Una de las consecuencias más graves de esta situación es la existencia de grandes desplazamientos de población que escapan de la violencia en busca de un lugar seguro. Con frecuencia, el grupo armado atacante practica una política de tierra quemada que desposee a familias enteras de todas sus pertenencias y las obliga a huir con las manos prácticamente vacías. Sin olvidar el rosario de incidentes de violencia sexual, robo, extorsión y secuestro del que son objeto los desplazados.
En este caldo de cultivo marcado por la violencia, es casi imposible afianza en una región como el Kivu, a pesar de sus grandes potencialidades agrícolas (abundancia de agua y fertilidad del terreno), actividades productivas a medio y largo plazo que garanticen los medios de vida de la población local. Esta careencia de medios de vida sostenibles conduce a la inseguridad alimentaria, lo que, combinado con la falta de acceso tanto económico como físico a las infraestructuras sanitarias, hace que el estado de salud de las poblaciones sea muy precario, sobre todo en el medio rural.
Muchas de las poblaciones de Sur Kivu, además, están muy aisladas y a varias de ellas sólo se puede llegar tras recorrer kilómetros a pie, lo que dificulta seriamente el acceso de la ayuda humanitaria a estas zonas.
Garantizar necesidades básicas
El papel de las organizaciones humanitaria en la región, como es el caso de la red Cáritas, supone, por lo general, cubrir las lagunas del Estado tanto en el acceso a necesidades básicas como en lo atañe a la protección y atención a las víctimas de la violencia. Pero el número de violaciones de derechos humanos es ingente, lo que, de hecho, ha convertido a la República Democrática del Congo en una crisis tan recurrente como olvidada.
Este es uno de esos territorios de frontera donde actúa la red Cáritas en todo el mundo y, en el caso concreto de la región del Kivu, donde Cáritas Española mantiene desde mediados de los años 90 una estrecha colaboración fraterna con la Cáritas Congoleña.
El último ámbito donde se está desarrollando esta cooperación es el de la enésima emergencia humanitaria que atraviesa la región. Según los datos aportados por Naciones Unidas entre el 1de junio de 2016 y 31 de mayo de 2017, en Sur Kivu hay más de un millón de personas necesitadas de asistencia humanitaria, 378.000 desplazados internos, 82.000 refugiados y 710.000 personas que han perdido sus medios de subsistencia.
Acción de la red Cáritas en la región
Las Cáritas de Sur Kivu (Uvira, Bukavu y Shabunda) llevan a cabo programas en diversos ámbitos para dar respuesta a la situación de emergencia humanitaria permanente en la zona, como agua y saneamiento, seguridad alimentaria, rehabilitación de infraestructuras y mediación de conflictos comunitarios. También se realizan respuestas de emergencia a crisis puntuales debidas a desplazamientos masivos de la población derivados de enfrentamientos armados, como sucede en la zona de Kalehe, en la Diócesis de Bukavu, donde ha habido 4 movimientos masivos de población en lo que va de año.
Cáritas Española ha aportado en lo que va de año 1.040.080 euros a estos proyectos, cuyos beneficiarios son poblaciones de las zonas aisladas de Kivu Sur en grado de extrema vulnerabilidad y pobreza, con una especial atención a las mujeres y a la población infantil desplazada.
Las necesidades más urgentes a las que las Cáritas de la zona están dando respuesta son seguridad alimentaria y nutrición, salud y respuesta a epidemias (la última epidemia en Kivu Sur se produjo en septiembre, afectó a 3.225 personas y provocó 22 muertes), vivienda, productos no alimenticios (ropa, enseres domésticos), suministro de agua, saneamiento e higiene, educación, acceso a medios de vida (agricultura y ganadería, fundamentalmente) y protección.
Esta acción puntual de emergencia se enmarca en la acción global de acompañamiento a la Cáritas local que Cáritas Española mantiene en la República Democrática del Congo y donde, desde 2010, se han invertido un total de 3.822.622 euros.