Se celebra la ‘VI Jornada Mundial de los Pobres’ en Salamanca

Docenas de personas asistieron a los eventos organizados por la Diócesis, Cáritas Salamanca y Manos Unidas para colocar a los pobres en el centro de atención.

El pasado domingo 13 de noviembre se celebró en todo el mundo la ‘VI Jornada Mundial de los Pobres’, convocada por el papa Francisco este año con el lema “Jesucristo se hizo pobre por vosotros”. Un llamamiento para poner a las personas excluidas en el centro de atención al que no podía faltar Cáritas, uniendo fuerzas con la Conferencia Episcopal Española para movilizar a la ciudadanía a través de diferentes actividades.

En el caso de nuestra ciudad, y como viene sucediendo en años anteriores, la Delegación diocesana de Pastoral Social, junto con Cáritas diocesana de Salamanca y Manos Unidas, prepararon diversos actos para secundar la jornada, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la pobreza y la exclusión social y estar del lado de los que la sufren.

Así, el viernes, 11 de noviembre, se celebró una vigilia diocesana de oración a las 20:00 horas en la parroquia Nuestra Señora de Fátima. Al día siguiente, tuvo lugar el acto “24 Horas de luz para el mundo; enciende tu compromiso”, promovido por Manos Unidas a las 20:00 horas en la Plaza de Santa Teresa. Tal como la organización la define, “una acción global de sensibilización para iluminar el mundo frente a la pobreza, el hambre o la falta de educación”. Por último, el domingo 13 se celebró la jornada en todas las parroquias de la Diócesis de Salamanca, con una eucaristía en los horarios habituales.

Esta jornada ha supuesto tres días de reflexión sobre nuestro estilo de vida y cómo afecta a los más desfavorecidos, a través del diálogo y el encuentro comunitario.

Estamos llamados a ser comunidad de vida y de bienes, en la que “el amor reciproco nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido”, compartiendo lo que tenemos con los que no tienen nada, pero acogiendo, al mismo tiempo, lo que nos puedan aportar.

Estamos llamados a ser comunidad de acción porque “frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente”. Ahora bien, sin olvidar que “no es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano”.

Como comunidad y miembros de la sociedad civil, cultivemos y perseveremos en valores de libertad, responsabilidad, fraternidad y solidaridad. Y como discípulos de Jesús tejamos el fundamento de nuestro ser y de nuestro actuar en la caridad, la fe y la esperanza.