Bajo este lema tuvo lugar ayer el primer círculo de silencio del año. Alrededor de 60 personas se acercaron a la Puerta Zamora para visibilizar los derechos de las personas con problemas de salud mental.
Al finalizar el acto una persona que participa en el centro “Ranquines”, el proyecto diocesano para dar respuesta a esta realidad, leyó un manifiesto:
“Desde la propia experiencia de las personas con problemas de salud mental que se acompañan en Cáritas, queremos hacer énfasis en la dificultad que tienen para el acceso a la vivienda, incluso disponiendo de medios económicos para ello. La falta de vivienda les afecta 4 veces más que a la población general. De la misma forma, queremos insistir en el grave problema del acceso al trabajo, ya que 8 de cada 10 personas con problemas de salud mental no tienen empleo. Es muy lamentable que, a día de hoy, sobre la enfermedad mental recaiga el peso del estigma social, que imposibilita la integración, la inclusión social y la participación de estas personas.”
Vídeo con el manifiesto completo: