Participantes del Centro de Día disfrutan de una salida cultural por la provincia de Salamanca

Los usuarios de 1ª fase del Centro de Atención a las Drogodependencias visitaron Béjar, Fuenterroble de Salvatierra y Salvatierra de Tormes.

Las salidas culturales son una de las actividades estrella del Centro de Día, orientadas a mejorar la convivencia entre compañeros del centro, conocer lugares de interés y fomentar un estilo de vida sano a través del ejercicio. Ellos mismos cuentan su experiencia de la semana pasada en primera persona:

“Comenzamos en Béjar, visitando el Museo de Mateo Hernández. Ubicado en la que fuera iglesia de San Gil, acoge el núcleo esencial del legado que el artista dejó al estado español poco antes de morir. Son 51 piezas en total que representan la escultura animalística, con la que alcanzó fama mundial, los retratos y figuras humanas entre las que cabe destacar “La Bañista”.

Todas estas obras fueron realizadas en talla directa, sobre piedras de gran dureza, y además de las que hay en el museo, se conservan obras del célebre escultor por todo el mundo. En la segunda planta de este museo podemos disfrutar de la obra de otros escultores, como el artista bejarano Francisco González Macías, además de las diferentes obras premiadas en las bienales que se vienen celebrando en Béjar desde 1994.

Luego fuimos al Museo Textil. El Ayuntamiento de Béjar adquirió una fábrica industrial en la zona Norte del municipio  para su reconversión en Museo Textil. La finca, denominada “San Albín”, se compone de terrenos, edificios y una concesión de aprovechamiento hidráulico de 800 m/s “fuera del periodo de estiaje”, y el museo textil. En este conjunto se ubicó en los últimos tiempos la industria conocida como “Tintes Gilart”. La finalidad de este Museo Textil será “conservar y difundir el patrimonio científico y técnico que ha generado la industria en Béjar”.

Tras tomar un aperitivo y con el tiempo tan espléndido que teníamos, realizamos la ruta de las fábricas. Un paseo que enlaza las viejas fábricas textiles levantadas junto al cauce del río. Esta ruta es un camino sencillo y agradable que transcurre en su totalidad por un paseo fluvial. El paseo bordea el río en el tramo que atraviesa Béjar por su extremo norte a la altura del casco urbano y va pasando por 7 fábricas ribereñas, algunas muy significativas en el desarrollo industrial de la ciudad.

Después cogimos el coche y fuimos a Fuenterroble de Salvatierra, al albergue de peregrinos donde nos esperaba el hospedero mayor Blas. Este emblemático albergue es un ejemplo de hospitalidad sin parangón en la Vía de la Plata. Su promotor, el párroco Blas, ha sido una de las personas que más se ha involucrado en la protección e impulso de la milenaria ruta, además de coordinar muchas otras actividades e iniciativas de carácter social. Allí pudimos  disfrutar de una paella preparada por nuestro educador José Mª para pasar a visitar el albergue y la iglesia gótica de Santa María la Blanca, del siglo XV.

Desde allí nos fuimos a conocer Salvatierra de Tormes, que quedó prácticamente despoblado en la década de los cincuenta y sesenta del siglo XX con la construcción del embalse de Santa Teresa. El mayor atractivo de Salvatierra de Tormes son las vistas al embalse, que lucen especialmente en el paseo del castillo, conocido como Castillo de la Mora Encantada.

Recorriendo el entramado interior de las calles también se aprecian algunas grandes casas, cuyas fachadas lucen escudos señoriales, así como el edificio del Ayuntamiento, que acoge los restos de una antigua sinagoga.

“Fue una jornada muy alegre tanto por el buen tiempo que tuvimos, como por el buen ambiente que hubo entre todos. Gracias a José Mª y Pepe por la organización”.