Cáritas Diocesana de Salamanca se suma al comunicado emitido el pasado 18 de febrero por las Cáritas Diocesanas de Ceuta y Cádiz y Asidonia Jerez.
Los equipos diocesanos de Cáritas, de las diócesis de Cádiz y Ceuta y de Asidonia Jerez, manifestamos nuestra honda preocupación y profundo dolor ante uno de los más graves dramas humanos de la inmigración ocurridos en las cercanías de la frontera de Ceuta, que ha desembocado en la muerte de 15 jóvenes.
A través de este manifiesto nos unimos a todos aquellos que expresan su dolor sincero por la muerte de estas personas, al tiempo que denunciamos el fracaso de una sociedad que no consigue abordar las causas que originan estas muertes.
Demandamos, a los Gobiernos de todos los países afectados en estos graves sucesos generados por una inmigración desesperada y concretamente a la UE, que se aborden las políticas y los medios necesarios para evitar que se repitan estas terribles tragedias.
Cáritas Diocesana de Cádiz y Ceuta, y Cáritas Diocesana de Asidonia – Jerez, queremos expresar nuestro deseo de que este paso fronterizo terrestre y las aguas que separan las dos orillas dejen de ser espacios de dolor, sufrimiento, dramas y muertes, que no vienen a otra cosa que a poner de manifiesto el fracaso de la capacidad de los pueblos para solucionar de otra forma los problemas.
Recordamos el sentimiento del Papa Francisco en Lampedusa: “sólo me viene la palabra vergüenza. Es una vergüenza”. Y recordamos también que la doctrina social de la iglesia nos dice que la inmigración puede ser un recurso más que un obstáculo para el desarrollo, y que los inmigrantes deben ser recibidos en cuanto personas y ayudados, junto con sus familias, a integrarse en la vida social.