La inserción a través del empleo de las personas en situación de mayor dificultad social es una de las apuestas estratégicas de la Confederación Cáritas a la hora de afrontar los efectos de la exclusión social y la desigualdad en España.
77.072 personas acompañadas
Prueba de ello son los datos que, un año más, se recogen en la Memoria de Empleo y Economía Social 2013 que se ha presentado esta mañana en Madrid, en vísperas de la celebración del Día Internacional del Trabajo, y en la que se detallan las acciones de acompañamiento desarrolladas con 77.072 personas en todo el país durante 2013 por los centros y servicios de Cáritas. De ellas, el 15,6% consiguieron incorporarse a un empleo, lo que supone que 12.028 participantes volvieron a trabajar tras haber participado en los procesos personalizados de formación, orientación, intermediación o autoempleo puestos en marcha por Cáritas.
Prueba de ello son los datos que, un año más, se recogen en la Memoria de Empleo y Economía Social 2013 que se ha presentado esta mañana en Madrid, en vísperas de la celebración del Día Internacional del Trabajo, y en la que se detallan las acciones de acompañamiento desarrolladas con 77.072 personas en todo el país durante 2013 por los centros y servicios de Cáritas. De ellas, el 15,6% consiguieron incorporarse a un empleo, lo que supone que 12.028 participantes volvieron a trabajar tras haber participado en los procesos personalizados de formación, orientación, intermediación o autoempleo puestos en marcha por Cáritas.
La Memoria de Empleo y Economía Social supone –como señalaron en la rueda de prensa Sebastián Mora, secretario general de Cáritas, y Félix Miguel Sánchez, coordinador del Equipo de Promoción de Derechos y Economía Solidaria— “un ejercicio de transparencia, al mostrar todo lo que ha supuesto nuestro compromiso con el empleo de las personas más desfavorecidas y los recursos que hemos invertido para lograrlo”.
Casi 36 millones de euros invertidos
Cáritas invirtió en 2013 en todo el Estado un total de 35.957.092 euros a sus acciones de Empleo y Economía Social. El 62% de estos fondos proceden de aportaciones privadas (socios, donantes y empresas colaboradoras) y de ingresos procedentes de las actividades económicas desarrolladas por las empresas de economía social que gestionan las distintas Cáritas Diocesanas, y el 38% restante de subvenciones públicas (Fondo Social Europeo, Administraciones públicas estatales, autonómicas y locales).
Todo este trabajo de Cáritas en el ámbito del empleo habría sido posible sin el apoyo vital prestado por 2.425 voluntarios y 670 personas contratadas.
Perfil de las personas acompañadas
Las personas que participan en las acciones de empleo y formación de Cáritas continúan siendo mayoritariamente mujeres y suponen un 62% del total, frente al 38% de hombres.
En cuanto a la procedencia de los participantes, el 53% son personas españolas y el 47% son de origen extranjero. De las 36.224 personas inmigrantes acompañadas en 2013, el 79% (28.517 personas) proceden de países extracomunitarios.
Si se analiza el nivel de formación alcanzado, el 47% de las personas que participan en los servicios de empleo de Cáritas cuenta con estudios básicos (estudios primarios finalizados o sin finalizar).
A la vista de estos datos, es posible definir el perfil mayoritariode intervención del Programa de Empleo, que es el de mujer (aunque cada vez disminuye más su porcentaje); española (aunque muy poco por encima de la población inmigrante); de entre 25 y 45 años, y con un bajo nivel formativo.
Apuesta por la economía social
Las iniciativas de economía social, a las que la Memoria dedica un apartado específico, son una apuesta clara de Cáritas para poner en práctica un modelo de economía solidaria y alternativa.
Durante 2013, se llevaron a cabo en toda España 37 iniciativas de economía social, que generaron un total de 689 puestos de trabajo, de los cuales 404 son empleos de inserción para personas especialmente vulnerables.
Las personas, protagonistas
La Memoria de Empleo y Economía Social quiere dar un protagonismo directo a las propias personas desempleadas que participan en las acciones de empleo, que renuevan diariamente su voluntad y sus esfuerzos por salir adelante en medio de un contexto social y económico de grandes dificultades.
Por este motivo, la Memoria recoge testimonios de experiencias de inserción socio-laboral dentro de los itinerarios personalizados de inclusión sociolaboral. Juan, Lucas, Fran, Julia, Lana, Mariana, Raúl, Violeta y María ponen rostro real a los procesos que viven las personas acompañadas por Cáritas en su camino hacia el acceso y desarrollo de un empleo.
Acceso cada vez más difícil al mercado laboral
Los participantes en las acciones de empleo y formación de Cáritas son personas que están sufriendo directamente las consecuencias del modelo socioeconómico que ha generado una tasa de desempleo que se mantiene en el 26%. Esto significa que se han estado enfrentando a un mercado laboral de acceso cada vez más difícil, lo que nos permite entender cómo la desesperanza ha hecho mella en muchas de estas personas, que desisten impotentes en su infructuosa búsqueda de empleo.
Entre las personas que participan en las acciones de Cáritas se encuentran aquellas que, hasta la crisis económica, han mantenido una vida laboral estable, pero también quienes antes de la crisis contaban ya con un bajo nivel de empleabilidad.
Propuestas para generar empleo
La Memoria de Empleo y Economía Social de Cáritas se cierra con un capítulo de propuestas para un construir un nuevo modelo de generación de empleo que ofrezca oportunidades de empleo digno a todas aquellas personas, especialmente, a las más desfavorecidas, que se encuentren en condiciones de ejercer su derecho al trabajo.
Son propuestas dirigidas a los responsables políticos, a los actores económicos, a las organizaciones sociales y a la sociedad en su conjunto para que en el ejercicio de sus responsabilidades pongan en el centro de atención a las personas y a su entorno social y natural más próximo. En concreto, se proponen tres líneas de actuación que contribuyan a superar las dificultades generadas por el actual modelo:
1. Un crecimiento orientado a la mejora de calidad de vida de las personas, sobre todo de las más vulnerables, y comprometido con la sostenibilidad del medio ambiente.
2. Redistribución del trabajo, garantizando la calidad del empleo y una protección social adecuada.
3. Impulsar un modelo de emprendimiento colectivo y solidario.
“No queremos quedarnos con los brazos cruzados”
La intención de Cáritas al presentar estas Propuestas es, también, como ha señalado Sebastián Mora en la rueda de prensa, “porque como demandaba el Papa Francisco durante la audiencia general celebrada en Roma el pasado miércoles, no queremos quedarnos `con los brazos cruzados´ ante el drama del desempleo”.
Y, al igual que Francisco, Cáritas dirige estas Propuestas “a todos los responsables para pedirles que abran los ojos y hagan todos los esfuerzos posibles de creatividad y de generosidad para devolver la esperanza a estos hermanos y a todos los parados que ha causado el despilfarro y la crisis”.
TESTIMONIOS
LUCAS: «Ahora sé que puedo»
Lucas tiene 21 años y está en situación de desempleo desde hace dos años ya que dejó los estudios y no sabía hacia dónde dirigir su camino.
Tras unos cuantos encuentros, Lucas comienza un curso de formación del Programa de Empleo de Operaciones básicas de Electricidad y Electrónica. Paralelamente descubre que su camino no ha hecho sino empezar ya que necesita mejorar su nivel de formación si quiere dedicarse a ello.
Actualmente está estudiando el primer ciclo formativo de grado superior de Telecomunicaciones y, como él mismo manifiesta, “llegaré hasta el final, porque ahora sé que yo puedo con esto y porque es lo que quiero”.
LANA: «He trabajado»
Lana es una joven nigeriana de 23 años sin estudios que vive en España desde hace 6 años y nunca ha trabajado. El día que nos conocimos me contó que estaba pasando una situación económica difícil. Lana quería trabajar y así lo planteó en nuestro servicio de orientación, y aunque no sabía por dónde empezar, su motivación era más que manifiesta.
Lana acudió al servicio de orientación laboral y comenzó con un curso de gestión de textiles. Al año fue contratada por la empresa de inserción de reciclaje textil que gestiona Cáritas. Lana reconoce que han sido fundamentales la formación en castellano y el intercambio y aprendizaje junto a otras personas.