Las personas que se encuentran en la 1ª fase del Centro de Día de Atención a las Drogodependencias realizaron una excursión el pasado miércoles a Montemayor del Rio. Una oportunidad para practicar ejercicio y empaparse de la cultura del pueblo, que narra uno de sus participantes en primera persona a través de la siguiente crónica:
“Después de la última salida cultural a Olmedo y Medina de Campo (Valladolid), esta vez viajamos a la Sierra de Bejar, y más concretamente a Montemayor del Rio. Comenzamos la visita acompañados de nuestro anfitrión, el voluntario Lorenzo, al Castillo de San Vicente; una fortaleza que parece remontarse al siglo XII, cuya estratégica ubicación permitía defender el paso natural de la Submeseta Sur a Castilla. Tuvo un recinto amurallado que abarcaba la zona de la Plaza Mayor, del que apenas quedan restos, aunque aun se puede apreciar el foso y el puente levadizo junto a la entrada principal de arco ojival.
Su distribución es curiosa, pues consta de seis torres, cuatro de ellas cuadradas y dos semicirculares, de las cuales la Torre de Homenaje es más grande que las otras. La entrada da acceso al amplio patio central, a cuya izquierda nos encontramos con la chimenea de campana y un pozo. Este Pozo da lugar al misterio y la leyenda, pues se dice que es el punto de acceso a un túnel o vía subterránea que comunicaba el castillo con el Palacio Ducal de los Zúñiga en Béjar. Desde esta zona accedimos al interior de la plaza de armas, que daba paso a las estancias.
Posteriormente, fuimos a la Iglesia de nuestra Señora de la Asunción: un templo románico del siglo XIII de transición al gótico, de sólida sillería de granito, que presenta una única nave ancha y Capilla Mayor poligonal gótica con bóveda de seis nervios. En su interior destacan el retablo renacentista (no siendo éste el original), la policromía de sus paredes con el fresco de San Cristóbal, el púlpito, la pila bautismal, lápidas con blasones y numerosas muestras de la imaginería.
Nuestra visita continuó en los diferentes talleres de los artesanos de Montemayor del Río. Primero en el taller de barro “El obrador de Momo”, donde la dueña nos explicó como lo creó y lo mucho que triunfa a pesar de solo llevar cuatro años con él. Luego visitamos dos talleres de Cesteros. Auténticos héroes que se resisten a abandonar ese oficio transmitido de generación en generación. Porque hablar de Montemayor del Río es hacerlo de la cestería y sus cesteros. Ha sido una bonita experiencia entrar en los talleres y disfrutar de ese proceso de elaboración de un elemento que ha quedado en decorativo, pero que en su día cumplía una función primordial en todas las casas.
Después volvimos a la Plaza Mayor, en cuyo centro hay un antiguo Rollo Jurisdiccional transformado en fuente pública. A poniente, pudimos contemplar la porticada Casa del Concejo – Ayuntamiento- con la Real Cárcel, singular presidio con calabozo y habitación de castigo, y el ayuntamiento del pueblo. Justo al lado vimos una bodega de hoy en una bodega del siglo XVI, ‘apoyada’ en una viga centenaria de la casona familiar del siglo XVI en el casco histórico del pueblo, en la que los familiares de Lorenzo elaboraban sus vinos.
Después de comer en casa de nuestro voluntario Lorenzo, donde nos acogió con mucho cariño (y donde nuestro chef José Mª nos deleitó con una rica paella), visitamos la Ermita de San Antonio, construida hacia el 1670 y situada a la entrada del pueblo. Frente a ella está la Cruz de Piedra de San Antonio; uno de los monumentos más carismáticos del pueblo, que se caracteriza por tener decorados los brazos con medias granadas. Esta decoración hace referencia a la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492.
También en este lugar está el Puente de Piedra, construido hacia el 1700 por el marqués, que cruza el río Cuerpo de Hombre. En un principio se utilizó para cobrar impuestos por el paso de ganado y mercancías que por Valdefuentes y Montemayor continuaba en dirección a Extremadura.
Nuestro paseo continuó por Maderas Pablo Jiménez, empresa donde fabrican toneles en roble francés. Y cerca de ese lugar se encuentra la piedra del rayo, donde parece ser que un rayo partió la roca. Bonito paseo entre castaños y el rio Cuerpo de Hombre. Y para terminar, fuimos a ver la fábrica de cajas de madera Envases Montemayor; empresa ubicada en el sur de la provincia de Salamanca, y únicos fabricantes nacionales del envase Mussi, un formato que actualmente se comercializa para el sector de la caza y el marisco.
Gracias a Cáritas Salamanca, representados en las personas de Pepe y José M.ª, y a los voluntarios, en especial a Lorenzo, por su servicio y preparación. La alegría, el respeto y la colaboración fueron nuestra forma de pasar este día”.
Participante.
Un proyecto financiado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca, junto con fondos propios.