Desde que comenzó el Estado de Alarma son 618 las familias las que han acudido a Cáritas en busca de ayuda, muchas de ellas lo hacen por primera vez. Se trata del doble que en los anteriores meses del año.
Desde el recurso de acogida y atención primaria se acompaña a las familias y se apoya económicamente para ayudas de alquiler, alimentación o suministros. A fecha 20 de abril se ha destinado un total de 120.000€.
El confinamiento ha dejado a muchas familias en una situación muy complicada. Muchas personas que ya tenían empleos precarios, que vivían al día, se han quedado sin ingresos. Otros viven un confinamiento difícil porque sus viviendas no reúnen las mínimas condiciones, o porque su salud se está viendo afectada. Para algunos, la soledad se ha agudizado.
La Iglesia ha estado presente en todo momento desde que comenzó esta crisis, intensificando aún más su labor, acompañando y apoyando a los más vulnerables. Recordamos las palabras del Papa Francisco: “Este es el tiempo propicio de animarnos a una nueva imaginación de lo posible con el realismo que solo el Evangelio nos puede proporcionar” (Papa Francisco. Un plan para Resucitar)
Cada gesto cuenta
Queremos destacar los innumerables gestos de solidaridad que estamos recibiendo. Colaboraciones de empresas por ejemplo: la Cooperativa Central Lechera Asturiana, con su distribuir en Salamanca Disaco; la cooperativa agrícola COPASA, Jamones y embutidos Lopez Puerto, Ternera Charra o la explotación avícola de Ángel Montero en Peñalvo.
Gracias también a los voluntarios, sin los cuales la labor de Cáritas no podría llevarse a cabo, os seguimos sintiendo cerca. Y de los socios y donantes, su ayuda y generosidad es imprescindible y más en estos duros momentos, gracias a sus aportaciones podemos seguir acompañando a las personas más afectadas.
Un ejemplo más de colaboración son estos vídeos de personas de diferentes ámbitos de nuestra ciudad y que iremos publicando en los próximos días. Ellos, también han querido sumarse a nuestra campaña y nos recuerdan que ahora más que nunca, cada gesto cuenta.