Las precarias oportunidades laborales y el aumento del precio de la vivienda están dificultando la situación de muchas familias vulnerables de Salamanca, incapaces de afrontar gastos y cubrir sus necesidades básicas. Ante esta alarma, el área de acogida de Cáritas Diocesana de Salamanca comparte sus inquietudes sobre la realidad de pobreza que existe en torno a la vivienda:
En Cáritas Salamanca, conocemos desde hace años la realidad de la pobreza de cerca. A nosotros acuden familias que, a pesar de tener un trabajo, no llegan a fin de mes. Tener un trabajo no siempre es suficiente…
La vivienda es una de las necesidades más importantes, esencial para llevar una vida digna. Para muchas familias el coste de la vivienda es un gran problema, ya que deben destinar a su pago una parte muy importante de sus ingresos. El precio de la vivienda se ha incrementado fuertemente en España durante los últimos años, siendo su coste una carga muy pesada para la mayoría de las personas.
En muchas ocasiones, una casa supone un gasto por encima del 40% de los ingresos de una familia, especialmente si esta es en régimen de alquiler. A los gastos básicos de la vivienda, los suministros o la cesta de la compra, hay que añadir otros como es el material escolar, la ropa…
A eso se suma la precariedad de muchos trabajos, con salarios bajos y condiciones laborales inestables. La precariedad laboral dificulta que las personas puedan tener unas condiciones de vida dignas y obliga a hacer renuncias que condicionan el correcto desarrollo físico, psíquico y social.
Caritas acompaña a personas en esta situación ofreciendo apoyo económico, asesoramiento o acompañamiento cuando es necesario. Personas como Carmen, de 49 años, quien sobrevive en condiciones límite:
“Desde que estoy sola con mi hijo vivo con la angustia de no llegar a fin de mes; trabajo a tiempo parcial, no por gusto, sino porque mi empresa no me da otra posibilidad. No puedo dejar este trabajo que es fijo y me asegura unos ingresos estables. Gano 900€ al mes, pago un alquiler de 400€ y hay meses que se me acumulan gastos y sin apoyo no puedo con todo: las facturas, la ropa de los niños, los libros…”
Cáritas le está ayudando a pagar el alquiler, además de acompañarla en otros aspectos. Y como ella, en diferentes conceptos, hemos atendido a 1195 familias atendidas entre enero y septiembre de este año. Un esfuerzo crucial para Cáritas, porque gracias a este apoyo dignifica la vida y ofrece esperanza a cientos de personas cada año, a pesar del aumento de las dificultades.
Una labor posible gracias a la financiación del IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca, junto con fondos propios.