Con el lema “Ahora más que nunca, trabajo decente”, las entidades promotoras de la iniciativa eclesial por el trabajo decente centrarán sus esfuerzos, este año 2021, en señalar que ha llegado el momento de adoptar políticas y compromisos en favor de empleos dignos, sostenibles e inclusivos. El grupo de trabajo en Salamanca se sumará a estas prioridades.
La pandemia ha agravado la ya difícil situación del mundo del trabajo y ha desvelado los límites del trabajo mercantilizado. El modelo de relaciones laborales actual no asegura a miles de trabajadores y de trabajadoras acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral o el confort energético, la participación social, etc.
Drama laboral
Más de seiscientas mil personas perdieron su empleo en 2020, casi 4.000 en Salamanca. Un drama que afecta a 3,7 millones de personas. Con mayor intensidad entre las mujeres y los jóvenes. La tasa de paro femenina es del 19,4% en Salamanca frente al 12,4% de la masculina, mientras que tres de cada cuatro empleos a tiempo parcial son ocupados por mujeres (74,4%). El desempleo juvenil en menores de 25 años en España ya es del 39,6%, mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en torno al 15,7% (EPA 2020). 2.483 Jóvenes menores de 25 años está registrados como parados en Salamanca a comienzos de 2021.
El total de ingresos de las personas asalariadas ha caído un 12,7% (1r semestre 2020), debido a la reducción de las horas trabajadas y las pérdidas de empleo. Llama la atención que el 16% de los trabajadores reciba una remuneración por debajo del salario mínimo (OIT).
Especialmente intensas son las consecuencias para la población más vulnerable, que tiene ocho veces más paro que el resto, presentando un índice de desempleo del 73% y un acceso al trabajo precario y discontinuo. Hay 7,8 millones de personas (el 16% de las familias) en hogares donde el sustentador principal carece de un mínimo de estabilidad en el empleo, sin olvidar que 615.000 personas tienen que conformarse con vivir de la economía informal (FOESSA).
Ahora más que nunca, trabajo decente
Por eso, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) considera que es urgente abordar esta situación en la que nos encontramos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes. Esta será la principal prioridad en la reflexión y en la acción de la iniciativa durante 2021 y que tendrán su máxima expresión en la convocatoria del Primero de Mayo y de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del 7 de octubre, días claves en su quehacer para la promoción de la dignidad del trabajo.
Con el ministerio pastoral
Además, ITD actualizará sus materiales de sensibilización e información para seguir promoviendo la adhesión de parroquias, colectivos e instituciones a la iniciativa. En este sentido, pretende avanzar en el diálogo con los miembros de la Conferencia Episcopal Española, particularmente con el obispo de la Pastoral del Trabajo, para compartir miradas, preocupaciones y estrategias que sigan animando la prioridad del trabajo decente en medio de la acción pastoral de toda la Iglesia