Este 2024, retomamos el Espacio Verde de la mano de nuestra colaboradora Carmen Sanchís, quien nos habla de un concepto fundamental: la ecología integral. Iniciativas que surgen de la necesidad de cuidar el equilibrio natural de nuestro planeta por un futuro sostenible:
“Vivimos en una época crucial de cambio, transformación y grandes avances tecnológicos que nos deslumbran. Sin embargo, la moneda tiene dos caras. Por un lado, celebramos el brillo de la ciencia y la innovación, pero por otro, enfrentamos desafíos apremiantes como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del medio ambiente; aspectos que amenazan nuestra existencia.
Hoy, más que nunca, necesitamos imaginar nuestro planeta como un gran ser que requiere cuidados intensivos, ya que cada aspecto de la vida en la Tierra es importante para mantener un delicado equilibrio. A veces pasamos por alto las repercusiones del mundo contemporáneo. Por ejemplo, ¿alguna vez te has preguntado qué tienen en común los árboles con las migraciones? ¿O cómo los océanos y los ríos están relacionados con los conflictos armados? Incluso las abejas desempeñan un papel fundamental en la economía doméstica. Todo está conectado, y nuestras acciones afectan a todo el sistema. Es hora de cuidar la Casa Común de manera plena y consciente.
Cuidar hoy por un futuro mañana
La crisis ambiental que enfrentamos no es solo un problema científico o político; es un llamado urgente a la acción. Ha llegado el momento de mirar cada pieza como parte de algo mayor y más hermoso. La ecología integral nos invita a ver el rompecabezas completo, comprendiendo la interconexión de lo que nos rodea. La naturaleza, la comunidad, la familia, la persona, el presente, el futuro. La ecología integral se presenta como una respuesta holística y esperanzadora para la humanidad. Cuando cuidamos de la Casa Común, estamos contribuyendo al bienestar de cada persona, y de ahí surge la invitación que nos hace Caritas, de sumar voluntades para actuar hoy por un mañana mejor.
La ecología integral es como un gran abrazo entre la naturaleza, la sociedad y la economía. Es entender que todo está vinculado. Por ejemplo, si talamos demasiados árboles, afectamos el clima, la biodiversidad y hasta nuestra propia salud. En ese sentido, la ecología integral es más que una teoría. Es una propuesta para la transformación. En un mundo donde la crisis ambiental y la desigualdad social se entrelazan, urge adoptar una visión sistémica que abarque todos los aspectos de la vida en el planeta.
La ecología integral reconoce que todo está entrelazado, y, por tanto, hay que trabajar cuanto antes en muchos frentes al mismo tiempo: la economía, la cultura, la justicia social, la espiritualidad. Quisiéramos soluciones rápidas, pero en esta lucha los atajos no existen. La ecología integral busca un equilibrio duradero. Las decisiones sobre el medio ambiente deben ser de gran calado, no perdamos de vista que cuanta más variedad, más resiliencia.
Un trabajo de todos
La ecología integral requiere colaboración y comprensión mutua. Fomentemos el diálogo entre diferentes sectores de la sociedad. Exijamos políticas que reflejen esta visión. Apoyemos a líderes que prioricen la sostenibilidad. Reconozcamos la historia de personas comprometidas con el bien común o de comunidades que hayan implementado prácticas sostenibles e inspiradoras. La ecología integral plantea el reto de actuar juntos. Soñemos como una única familia humana. Promovamos la inclusión, la dignidad y la solidaridad. Defendamos el ambiente, es nuestro deber pensar en las generaciones venideras y actuar ahora.
Hagamos propias las palabras del papa Francisco cuando afirmaba en el Laudato Si que: “El bien común es el principio fundamental para la propuesta de ecología integral, porque el bien más básico y universal es la Creación misma. Sin aire, sin agua, sin alimentos y sin una casa común habitable, resulta difícil imaginar una vida plena. La tutela del medio ambiente, por tanto, constituye un desafío para toda la humanidad, se trata de un deber común y universal, de respetar un bien colectivo” (LS 156).”
Por: Carmen Sanchis, voluntaria.