En nuestro Espacio Verde de febrero, os compartimos un interesante artículo publicado el año pasado en la revista Ecclesia, que lleva por título “Agricultura y ética. Un binomio necesario“. Un texto redactado por Mons. Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos).
En el texto, Chica Arellano analiza la situación del sector agrícola y el papel que juegan tanto la FAO como la Iglesia a través de las palabras del papa Francisco.
Una reflexión sobre las cuestiones agrícolas ligadas a la dignidad de la persona, en la que que debe dar opción preferencial a los más pobres (trabajadores, pequeños agricultores, pueblos indígenas) desde la dimensión de la justicia social y el cuidado de la casa común; es decir, con el paradigma de la ecología integral.
En sus palabras: “la creciente conciencia ecológica que ha surgido no solo en el seno de las Naciones Unidas, de los movimientos de la sociedad civil, sino también en el pensamiento del Sucesor de Pedro, sobre todo con la encíclica Laudato si’, exige que se preste cada vez más atención a la mencionada conexión entre la agricultura y el medio ambiente y su relación directa con la protección de la creación”.