El centro ha creado un nuevo espacio para este taller, pensado para favorecer el diálogo y la conversación en un entorno cálido y acogedor.
El Centro de Día de salud mental Ranquines de Cáritas ha inaugurado un nuevo taller, que lleva por nombre “Escuela de los Afectos”. Este espacio, que se suma a la amplia oferta de actividades del centro, tiene como objetivo principal enseñar a los participantes a dar y comunicar afectos, construir relaciones saludables, practicar el perdón y la compasión, y fortalecer los vínculos para combatir la soledad.
“No se trata solo de entender nuestras emociones, sino de aprender a compartirlas de manera constructiva y afectuosa con los demás”, explica Gema Romero, psicóloga del Centro.
El inicio de este nuevo proyecto coincide con la adecuación de un espacio de encuentro dentro del recurso, diseñado específicamente para facilitar la conversación y el diálogo en un ambiente cálido y acogedor. La nueva sala, equipada con mesas y sillones cómodos, invita a los usuarios a compartir sus vivencias mientras toman un café. “Este espacio es un reflejo de lo que queremos lograr con el taller: crear un entorno donde las personas se sientan seguras para abrirse, compartir y conectarse”, concreta José Manuel Lázaro, coordinador del Centro.
El taller, que se impartirá semanalmente, combinará dinámicas grupales, ejercicios prácticos y momentos de reflexión individual. Entre los temas que se abordarán destacan la comunicación afectiva, la resolución de conflictos desde la empatía, y la importancia de fortalecer los lazos sociales para prevenir la soledad; un problema que afecta a muchas personas, especialmente a los que, como sucede con los participantes de Ranquines, tienen problemas de salud mental.
Los usuarios del centro ya han mostrado un gran interés en participar. “Es una oportunidad para aprender a expresar lo que sentimos y a entender mejor a los demás. Además, el nuevo espacio es tan acogedor que invita a quedarse y charlar”, comenta Lucía, una de las asistentes.
Ranquines es un proyecto cofinanciado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca y Fundación la Caixa, junto con fondos propios.