El profesor BRANKO MILANOVIC propone reducir la desigualdad global combinando las medidas a nivel nacional con el apoyo al crecimiento de los países más pobres

Trabajando únicamente en la compensación de las desigualdades dentro de los ámbitos nacionales, no será suficiente para reducir significativamente la desigualdad global. Ese objetivo no podrá alcanzarse sin impulsar también un crecimiento más rápido de los países más pobres. Esta es una de las conclusiones aportadas esta mañana por el serbio Branko Milanovic, profesor visitante en el City University of New York Graduate Center y en el Luxemburg Income Study (LIS) Center, durante la ponencia inaugural que ha presentado en la primera sesión de trabajo del el Congreso sobre exclusión y desarrollo social en España que se celebra en Madrid.
El profesor Milanovic ha expuesto con detalle los principales parámetros que indican cómo las desigualdades nacionales van en aumento y cuáles son los aspectos planteados por ese fenómeno, como son el separatismo social de los ricos y el aumento de sus activos ocultos, el vaciamiento de las clases medias, la desigualdad como una de las causas de la crisis financiera global y la existencia de un incremento real de la desigualdad mayor a la percepción que se tiene de la misma debido a la globalización.

Renta de ciudadanía
El ponente serbio ha abordado también un tema especialmente candente en el actual debate social, como es el de la denominada renta de ciudadanía. A este respecto, Branko Milanovic ha lanzado la pregunta: ¿Es la ciudadanía un alquiler, una renta? En su opinión, si la mayoría de nuestros ingresos se determina por la ciudadanía, entonces habría poca igualdad de oportunidades a nivel mundial y la ciudadanía sería una suerte de alquiler, de renta, no relacionada con el esfuerzo individual. La ciudadanía pasa a ser una circunstancia moralmente arbitraria, independiente del esfuerzo de cada uno. A nivel global, la idea de una renta de ciudadanía plantea el debate entre argumentos a favor (contrato social, teoría estatista, autodeterminación) y en contra (enfoque cosmopolita).

En todo caso, un modelo que incida únicamente en la compensación de las desigualdades a nivel nacional no será suficiente, según este experto, para reducir significativamente la desigualdad global, ya que clave impulsar también un crecimiento más rápido de los países más pobres. En este sentido, las migraciones suponen una oportunidad de reducción de la desigualdad global, pero para ello es necesario incorporar una nueva visión del desarrollo, entendido como el aumento de los ingresos para los pobres sin importar dónde están, en sus países de nacimiento o en otra parte. De esta forma, migraciones y crecimiento se convierten así en dos instrumentos equivalentes para el desarrollo.
Milanovic ha concluido su ponencia señalando que si continúa el estancamiento de los ingresos de las clases medias de los países ricos, existe el riesgo de que dejen de apoyar los procesos de globalización y emerjan dos peligros: el populismo y la plutocracia. Para evitarlo es necesario ir hacia un modelo de redistribución intra-nacional, de manera que quienes pierden puedan ser ayudados

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