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El presidente de Cáritas Iraq señala las incertidumbres que se ciernen sobre los cristianos del país

10 agosto, 2015

Monseñor Warduni hace un llamamiento a la comunidad internacional para iniciar una acción conjunta que ponga freno al azote del terrorismo

El obispo auxiliar caldeo de Bagdad y presidente de Cáritas Iraq, monseñor Shlemon Warduni, ha hecho pública una declaración en la que, además de alertar sobre las incertidumbres que se ciernen sobre el futuro de los cristianos en su país, hace un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe de forma conjunta contra el azote del terrorismo del ISIS (Estado Islámico de Iraq y Siria) en la región.
Este es el texto íntegro de esa declaración:
«Muchas personas me preguntan por la situación y las condiciones de vida de los cristianos de Iraq. No quiero ser pesimista, pero desafortunadamente la situación está yendo de mal en peor: bombardeos, coches bomba, atentados suicidas, violaciones, tortura, secuestros y robos son solo algunos de los agentes de muerte empleados por ISIS.
Desde junio de 2014, el avance del Estado Islámico ha causado la migración masiva de miles de nuestros cristianos, así como de otras minorías como los yazidíes y los cristianos, a la región iraquí de Kurdistán. Los cristianos han abandonado sus hogares y su tierra en Nínive, donde nuestra fe existe desde hace 2000 años. Hace ahora más de un año que ya no se celebra la misa del domingo en las localidades que tradicionalmente eran cristianas: los creyentes han sido asesinados y las iglesias destruidas. ISIS ha convertido el episcopado de Mosul en una fábrica de velos negros para mujeres musulmanas.
Ante nuestros ojos y los de la comunidad internacional, Iraq está experimentando una brutalidad sin precedentes. Nuestra gente, separada por la guerra, comparte su llanto y está unida por la esperanza de poder volver a tener una vida normal algún día, en sus propias casas, garantizando así un futuro pacífico para nuestros niños, libre de la violencia del pasado.
Como dije hace unos años, creo que se está tramando una conspiración diabólica para evacuar a los cristianos de las tierras de Oriente Próximo; y si esto ocurriera, sería un espantoso desastre para toda la humanidad así como para Oriente Próximo, donde los cristianos han deseado e intentado durante años vivir en paz con los musulmanes y con los creyentes de otras religiones. Me temo, por desgracia, que la comunidad internacional está infravalorando el fenómeno “ISIS”, un error ya cometido por el gobierno iraquí. Al principio solo había algunos miles de terroristas, después se multiplicaron y tomaron las armas del gobierno iraquí, dando origen a una enorme ofensiva.
Europa y Estados Unidos saben muy bien qué países están financiando el terrorismo de ISIS mediante armas y dinero, y son conscientes de los intereses que hay en juego. Aún así no se deciden a actuar, infravalorando la amenaza y no tomándola en serio. Lo poco que se ha hecho hasta ahora a nivel internacional solo ha sido un medio para controlar el problema más que para resolverlo.
Por tanto, y puesto que ha llegado el momento de actuar, llamo a la comunidad internacional a perseguir una actuación común en la que Europa y Estados Unidos participen de forma conjunta, uniéndose en la lucha contra el terrorismo. No se debe perder más tiempo, si no se quiere que ISIS logre su objetivo de destrucción total: Y lo que es peor, una destrucción llevada a cabo en nombre de Dios».
Apoyo de Cáritas Española a Cáritas Iraq
Cáritas Española desarrolla una estrecha labor de cooperación fraterna con Cáritas Iraq, a través del apoyo financiero a sus programas de ayuda básica para las poblaciones desplazadas a causa de la violencia del ISIS que denuncia monseñor Warduni.
El pasado 15 de julio el Equipo Directivo de Cáritas Española aprobó una partida de 272.000 euros con destino al programa de apoyo a las víctimas de violencia que lleva a cabo la Cáritas Iraquí. Este mismo programa ya recibió el año pasado una partida similar por parte de Cáritas Española.
Este proyecto, que está en marcha desde hace años, permite garantizar ayuda sanitaria y social a unas 7.000 personas, que son las más vulnerables dentro de las poblaciones de desplazados internos que han huido en la zona norte del Kurdistán, al norte de Iraq, a causa de la violencia étnica y religiosa.

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