Sonia Olea Ferreras, jurista experta en Derechos Humanos de Cáritas Española, comparte su reflexión sobre políticas públicas en vivienda con enfoque de Derechos Humanos en “Vitaminas para resistir”.
Que la vivienda adecuada es un derecho ya no sólo consta en nuestra Carta Magna y los tratados internacionales de Derechos Humanos, sino que está en el cada día de cientos de miles de personas y familias que viven en nuestro Estado (tristemente por la dificultad en su acceso, en su disfrute y en su garantía jurídica). La respuesta a ese grito indignado de “No a las casas sin personas, ni a las personas sin casas” sigue estando en el aire. Se han dado pasos en legislación, en impulsar nuevas formas de acceso (alquilar y no comprar) pero la realidad sigue siendo la que es: no hay parque de vivienda pública asequible que facilite disfrutar de este derecho a la ciudadanía y mucho menos vivienda social en alquiler suficiente para afrontar, ni de lejos, las situaciones de mayor vulnerabilidad y exclusión. Quizás la respuesta esté en dar este paso: la vivienda no es un bien de consumo, ni siquiera es un edificio, sino que es un Derecho Humano e implica al espacio público, a la ciudad y al desarrollo pleno e integral de la dignidad.