El evento tuvo lugar ayer a las 20:00 en la puerta Zamora para defender los derechos de este colectivo vulnerable.
Como cada último jueves de mes, Cáritas celebró ayer su Círculo de Silencio para visibilizar aquellos problemas sociales que más nos afectan dentro de la comunidad (recordando, eso sí, que en agosto se detendrá esta actividad). En esta ocasión, estuvo dirigido a los migrantes y refugiados, forzados a vivir lejos de su tierra.
El manifiesto, que se leyó al final del acto, recalca: “A pesar de los evidentes beneficios que las personas inmigrantes aportan a nuestra sociedad, se mantienen algunos discursos xenófobos que promueven y alimentan el odio contra culturas, nacionalidades, o colores de piel diferentes. (…) En Caritas Diocesana de Salamanca tenemos la determinación de combatirlos promoviendo los principios de solidaridad e igualdad desde una acción comprometida con la participación y la interculturalidad, así como con el respeto a los derechos humanos.”
Para lograrlo, la apuesta pasa por incrementar el número de visados, abrir corredores humanitarios seguros, garantizar el acceso a unos servicios básicos de subsistencia, proteger a los menores y darles acceso a la educación, promover la inserción laboral y facilitar los procesos de acogida e integración en la comunidad.
Además, decir que la protesta pacífica tuvo mayor alcance en dos frentes. Por un lado, las compañeras del Instituto de Misioneras Seculares se sumaron a la cita, realizando el acto simultáneamente en su casa de retiro espiritual situada en la Plaza Alto del Rollo, 7. Por otro, y como viene siendo habitual, el círculo se celebró en varios lugares de la diócesis de Cáceres. ¡Gracias a todos los participantes por vuestro apoyo y cariño con esta causa!
MANIFIESTO COMPLETO JULIO 2021