El equipo viajó al pasado para conocer nuestros orígenes
Los participantes del Centro de Día de Atención a las Drogodependencias de primera fase realizaron el pasado miércoles 11 de mayo una salida cultural a los castros vetones de la provincia en Saldeana, Lumbrales y Yecla. Un viaje espectacular al pasado en unos entornos naturales de ensueño, que ellos mismos han querido narrar en la siguiente crónica:
“Primera parada: el CASTRO DE SALDEANA
Empezamos la ruta corta pero escabrosa en su parte baja, entre paisajes épicos, en un área sensible por su importancia ecológica. Un escenario espectacular junto a las Arribes del Huebra, nos enseña de cerca los cañones de este río, el propio castro y los molinos.
El Castro de El Castillo se encuentra situado al suroeste de la localidad de Saldeana, sobre un promontorio granítico en un acusado meandro que forma el Río Huebra en la confluencia con el Arroyo Grande.
Igual que el castro de Yecla, el origen de este castro puede establecerse en la II Edad de Hierro. La continuidad del poblamiento a lo largo de la época romana se desprende de la existencia de estelas funerarias reaprovechadas como material de construcción en las casas de Saldeana, que deben proceder de las necrópolis del poblado.
Visitamos el castro. Después, seguimos por la margen izquierda del Regato Grande, conociendo varios molinos y un chozo. La bajada nos descubre el Cañón y la Peña El Fraile y la Monja, frente al mirador, con un panel sobre las aves arribeñas allí vimos buitres, alimoches y muchas más aves.
Una corta subida nos deja, tras saltar una pared de piedra, en un altiplano con chozos, y pronto nos lleva hasta el Mirador sobre el río. Una cuesta y volvemos al castro.
Luego nos acercarnos al merendero, con sus dos molinos restaurados, donde comimos una rica paella en un paraje espectacular.
Segunda parada: el CASTRO DE LUMBRALES
Después de comer nos dirigimos al Castro de las Merchanas en Lumbrales.
Realizamos un paseo muy apropiado para un conocimiento ameno del castro, con preciosos paisajes en torno a un río modesto y a veces arisco; el Camaces. Este paseo cuenta con instalaciones multimedia que nos enseñan de manera interactiva muchas cosas sobre la prehistoria y del medio natural, con grandes vistas y, más allá del molino, con un recorrido por el castro.
Su origen es claramente prerromano y pervive hasta el siglo V después de Cristo, cuando es destruido en el periodo de las invasiones germánicas. Durante el siglo IV después de Cristo hay asentado en él un destacamento militar que (parece) tenía como misión vigilar la explotación de las próximas minas de estaño del Noroeste.
Última parada: el CASTRO VETON DE YECLA LA VIEJA
Este castro fue fundado por los vetones durante el siglo V a. C y sufrió varias ocupaciones a lo largo de su historia. Pero es a partir del siglo III a. C. cuando empieza a tomar forma a través de la construcción de la mayoría de los edificios y elementos de defensa que pudimos visitar por parte de los celtiberos. Durante la etapa romana seguirá habitado, abandonándose definitivamente en el siglo XII, cuando se funda el pueblo actual.
El asentamiento se halla en la confluencia del río Huebra con el arroyo Varlaña sobre grandes peñascales. Ocupa prácticamente 5 hectáreas de superficie y está rodeado por una gruesa muralla de mampostería de granito en seco, la cual nos deja perplejos porque han pasado más de 2.400 años y sigue intacta.
Otro de los elementos defensivos del castro más llamativos que vemos es la existencia en determinadas zonas de un gran número de piedras hincadas en el suelo, principalmente en las puertas de entrada.
Tanto en el exterior como en el interior del recinto nos encontramos con la presencia de un centenar de grabados rupestres con carácter simbólico. Se trata de insculturas hechas en la roca que representan principalmente caballos, aunque también hay algunas figuras humanas, una escena de caza, jabalíes, asnos, toros, etc. Se aprecian muy bien, sobre todo los que están protegidos por una gran piedra-losa.
Durante la etapa romana, el castro estuvo habitado; y de esta época (siglo III) data la reconstrucción de parte de su muralla. A esta época se corresponde la necrópolis, la cual también visitamos. A pesar de que fue abandonada en el siglo XII, en época de los Reyes Católicos se construyó en su interior la ermita de la Virgen del Castillo.
Ha sido un día diferente y distinto, donde se han vivido experiencias únicas e irrepetibles en contacto con la naturaleza, que nos ayuda y no da nuevas energías para seguir con nuestro cambio de vida y con la esperanza de seguir creyendo día a día en lo que hacemos en el Centro de Día.”