La jornada incluyo un taller, juegos, concurso de baile y comida.
El pasado viernes 20 se celebró en el Centro de Día Ranquines para personas con trastorno mental el Día del Orgullo Loco; un día señalado para luchar contra los prejuicios que sufre este colectivo y reivindicar su inclusión social e igualdad de derechos.
Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) formados por participantes del centro se encargaron de organizar el programa de actividades, que se desarrollaron a lo largo de toda la mañana. Incluyendo juegos, el taller “Estrategias del estado en Salud Mental” a cargo de Alfonso Salgado Ruiz, especialista en psicología clínica y profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca, un concurso de baile y finalmente una comida en familia.
Para coronar el acto, se leyó un manifiesto elaborado por los participantes de los Grupos de Ayuda Mutua, en el que quisieron reivindicar que la salud mental sea una prioridad política. “Necesitamos más médicos y profesionales especializados en la rama, para combatir estos problemas, y menos pastillas, al igual que más información a la sociedad sobre nosotros, para que dejen de estigmatizarnos y ser un tema tabú”.
Un día muy especial en el que tanto usuarios como trabajadores disfrutaron y reflexionaron, poniendo de relieve lo importantes que son dentro de la sociedad.
Activismo loco
La idea del Orgullo Loco surge como un movimiento a través de una identidad positiva y diferente. El objetivo es reapropiarse de expresiones coloquiales con connotación negativa como “loco” o “enfermo mental” para darles la vuelta. A través de campañas en redes, medios de comunicación o actos en la calle, se debaten públicamente los problemas que afectan al colectivo: las causas de los trastornos mentales, la violencia sufrida en el sistema de atención, la alta tasa de suicidios o la reivindicación de reformas legales para la igualdad de derechos.
El primer acto ocurrió en 1993 en Toronto (Canadá) como “Día del Orgullo del Superviviente Psiquiátrico”. Poco después el movimiento llegó a Reino Unido, expandiéndose a finales de los 90 a otros países como Australia, Irlanda, Portugal, Brasil, Madagascar, Sudáfrica y Estados Unidos, con una participación masiva.
A España no llegó hasta mayo de 2018, cuando se celebró por primera vez en diferentes ciudades, con el lema “La locura lo cura” y una amplia cobertura mediática. Desde entonces, se sigue celebrando cada año en cada vez más ciudades de la geografía, con las mismas ganas de cambiar las cosas.
Un proyecto cofinanciado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Salamanca y fondos propios.