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Día mundial del medio ambiente: Cáritas apuesta por la sostenibilidad medioambiental en su ayuda al desarrollo

5 junio, 2014

El escándalo del hambre en el mundo tiene mucho que ver
con la explotación salvaje de la Creación y con nuestro actual estilo de vida

Hoy, 5 de junio, se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada que este año es especialmente significativa para Cáritas dado que coincide con la campaña global contra el hambre “Una sola familia humana. Alimentos para todos”, que Cáritas Internationalis lanzó el pasado mes de diciembre de la mano del papa Francisco y uno de cuyos objetivos fundamentales es la protección de la Tierra y sus recursos naturales.
El escándalo del hambre y el cuidado del medio ambiente
Por eso, Cáritas Española quiere insistir en uno de los mensajes de la Campaña: el escándalo del hambre en el mundo tiene mucho que ver con la explotación salvaje de la Creación y con nuestro actual estilo de vida.
De ahí la llamada a la responsabilidad de todos a cuidar la Tierra para que pueda ofrecer alimentos suficientes para la humanidad; a involucrarnos en la lucha contra el cambio climático; y a adoptar nuevos hábitos de vida alejados del consumismo y el despilfarro, que apuesten por el ahorro de los recursos naturales, el uso de productos no contaminantes y el reciclaje.
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, Cáritas Española insta, además, a actuar de manera colectiva, a convertirse en ciudadanos comprometidos que reclamen a las instituciones nacionales e internacionales acciones efectivas que protejan el medio ambiente y frenen el cambio climático.
Apuesta de Cáritas por la sostenibilidad medioambiental
Esta apuesta de Cáritas por la sostenibilidad medioambiental es uno de los ejes de sensibilización e incidencia. Muestra de ello es la participación activa de Cáritas, desde el año 2008, en la Iniciativa “Sembremos Justicia Climática”, un proyecto global que representa a 180 organizaciones católicas para el desarrollo y que viene trabajando, en nombre de quienes más sufren las consecuencias del cambio climático, para que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero y acaben con la explotación agrícola agresiva que sus empresas realizan en los países del Sur.
Cáritas es testigo directo en todas las regiones del mundo donde está presente de cómo los cambios en las temperaturas y las precipitaciones están aumentando los riesgos para la población y los países más vulnerables. Un dramático ejemplo de ello fue el tifón que azotó Filipinas el pasado mes de diciembre y que afectó a millones de personas, con peores consecuencias para los pescadores y los agricultores pobres y para las personas que vivían en casas de peor construcción.
Adaptación de las comunidades locales al cambio climático
En ese ámbito se lleva a cabo la que es una de las líneas de trabajo prioritarias de Cáritas Española en su relación de cooperación fraterna con las Cáritas de los países del Sur: ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse al cambio climático y, sobre todo, a prevenir los riesgos ante futuros fenómenos naturales.
Para ello, se apoyan proyectos de ayuda al desarrollo donde la agricultura sostenible, el cuidado del medio ambiente y la resiliencia ante posibles sequías o inundaciones van de la mano. Se trata de intervenciones fundamentales si se tiene en cuenta que 7 de cada 10 catástrofes humanas tienen que ver con el clima, y que, según advierte la ONU, cerca de 2.000 millones de personas dependen de unos ecosistemas muy frágiles afectados por sequías periódicas.
Buenas prácticas de Cáritas en Filipinas y Nicaragua
Ese es el modelo de trabajo que Cáritas está impulsando en Filipinas, donde las tareas de reconstrucción de casas y de recuperación de medios de vida (agrícolas y pesqueros) incluyen la prevención de riesgos ante los huracanes.
Otro ejemplo de trabajo de Cáritas Española para mejorar la capacidad de respuesta de la población ante las consecuencias del cambio climático lo ofrece el proyecto de seguridad alimentaria que se apoya en Nicaragua. Este programa surgió después de que la depresión tropical 12E, que afectó al país en 2011, pusiera de manifiesto la vulnerabilidad de algunas comunidades ante los fenómenos naturales y sus dificultades para seguir produciendo alimentos.
La intervención, que se desarrollará hasta 2016 en nueve comunidades remotas de Nicaragua, consiste en la implantación de un modelo diferente de producción de alimentos, que garantice la seguridad alimentaria en condiciones climáticas adversas. Para ello, se está impulsando la creación de 270 huertos familiares a pequeña escala, de naturaleza sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y que usa materiales orgánicos propios del campesinado tradicional del país.
Ejemplos de agricultura sostenible en Camboya y Etiopía
En el otro extremo del mundo, en Camboya, Caritas Española apoya desde 2008 un programa de desarrollo comunitario en 44 aldeas que tiene esos mismos componentes de agricultura orgánica sostenible, mejora de la producción de alimentos y adaptación al cambio climático.
Uno de los objetivos del programa es mejorar la producción de arroz, hortalizas, verduras y animales domésticos, pero bajo las premisas de la sostenibilidad medioambiental y del uso eficiente de los recursos locales disponibles.
Por eso, el proyecto fomenta el uso de sencillas técnicas para la conservación de la humedad en los cultivos, así como la fabricación familiar de abonos, fertilizantes y pesticidas orgánicos. El fertilizante, por ejemplo, se elabora a partir de algunos vegetales locales, incluyendo el ajo, y el pesticida consiste en un potente vinagre que se produce con la destilación –a través de combustión lenta– de la cáscara de arroz.
Pero Cáritas también intenta preservar los recursos naturales del planeta con otro tipo de programas de desarrollo y en otros contextos diferentes, como es el de la región de Oromía, en Etiopía, donde la deforestación, la erosión del suelo y la escasez de agua contribuyen a que la población padezca inseguridad alimentaria crónica.
Allí, Caritas Española está ayudando a la Caritas Diocesana de Meki a reforestar el distrito de Siraro. Entre 2012 y 2013 se han plantado casi 85.000 árboles que se adaptan bien al entorno y son útiles para las comunidades locales, que obtienen de ellos fruta o madera para la construcción.
Con este proyecto de reforestación, además de incrementar los recursos naturales de la región, se frena la erosión del suelo, se aumenta su capacidad para retener el agua y se mejora la fertilidad.
Esta iniciativa intenta llevar a la práctica el lema “Alimentar el planeta, energía para la vida” de la Exposición Universal de Milán de 2015, en la que Cáritas Española estará presente como miembro de la campaña de Cáritas Internationalis “Una sola familia humana. Alimentos para todos”.

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