La Covid-19 está agravando los efectos de las emergencias en el Sahel, Cuerno de África, Venezuela, Bangladesh y Oriente Medio.
La celebración del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el 19 de agosto, debe servir para poner el foco en las graves crisis causadas por el desplazamiento masivo de personas a causa de desastres naturales y de la violencia, a las que ahora se suma el impacto de la pandemia global causada por el coronavirus.
Respondiendo al principio de la acción humanitaria que inspira el trabajo de Cáritas Española de dar prioridad a los últimos y no atendidos, en los últimos años la organización viene apoyando de manera activa –en coordinación con las Cáritas nacionales, las Iglesias locales y el conjunto de la red Cáritas Internationalis—, las respuestas de emergencia al desplazamiento de personas y refugiados en lugares como la Franja del Sahel, el Cuerno de África, Venezuela y los países vecinos, Bangladesh (crisis de los refugiados rohingya) y Oriente Medio.
A esta realidad alarmante que amenaza la vida y la salud de muchas personas hay que añadir la irrupción de la pandemia COVID-19. En los países donde Cáritas Española desempeña una labor de frontera en el ámbito de la acción humanitaria, el efecto de la pandemia está teniendo un impacto mucho mayor al agravar los efectos de las crisis humanitarias que ya existían.
Más de 167 millones de personas necesitan ayuda de emergencia
Según la Agencia de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA en sus siglas en inglés), en lo que va de 2020 se ha registrado un aumento significativo de personas que demandan asistencia humanitaria urgente en todo el mundo. En 2019 se calculaba que 131,7 millones de personas necesitaron ayuda de emergencia para poder cubrir sus necesidades básicas. A lo largo del 2020, el número asciende ya a 167,6 millones.
Las principales causas que han provocado este incremento son el recrudecimiento de los conflictos armados y el devastador efecto de los fenómenos climáticos sobre los medios de vida de los que dependen las personas para garantizar su supervivencia, junto al impacto del coronavirus.
Apoyada en la presencia de la red Cáritas en todo el mundo y el conocimiento directo de la realidad de las Cáritas locales gracias a su presencia en el terreno, Cáritas Española acompaña numerosos procesos de acción humanitaria en diversas regiones del planeta para hacer frente a las crisis que más impacto tienen sobre las vidas de las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Emergencia en el Sahel
En la región subsahariana del Sahel la crisis provocada en distintos países de la región por los flujos de desplazados internos es especialmente aguda. Cáritas Española está apoyando las intervenciones humanitarias en Mali, Burkina Faso y Níger.
En Mali y en Burkina Faso se ha dado respuesta a los llamamientos de emergencia de Cáritas Internationalis para atender a las personas desplazadas internas que provienen de zonas de esos países inmersas en enfrentamientos armados. A la situación de vulneración de derechos humanos fundamentales, se une la situación de crisis alimentaria aguda que asola toda la región. En estas crisis humanitarias son las mujeres, los niños y las personas de edad y discapacitadas las más vulnerables.
Según ECHO (Oficina de Acción Humanitaria de la Unión Europea), el Sahel está sumido en una crisis crónica y olvidada, lo que significa que, al quedar fuera del foco informativo, es también muy complicado obtener la financiación necesaria para cubrir las necesidades básicas de las comunidades afectadas. Cuando estas personas abandonan sus hogares, lo hacen en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin recursos de ningún tipo y abocadas a recorrer largas distancias a pie. Son personas que huyen de sus comunidades de origen al ver amenazada su vida y que lo dejan todo atrás. No emigran por razones económicas, sino que, la mayoría de las veces, huyen para garantizar su supervivencia.
En Burkina Faso, Cáritas Española ha firmado un acuerdo de colaboración con ECHO para hacer frente a la emergencia humanitaria provocada por el aumento de personas desplazadas internas.
En el vecino Mali, Cáritas ha activado también el convenio de emergencias financiado por AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional) para prestar ayuda humanitaria a las personas que huyen de los conflictos interétnicos. Y dentro de esta misma línea de trabajo para hacer frente a la crisis alimentaria que sufre la región –sujeta a un régimen irregular de lluvias y fluctuaciones en las cosechas—, en Níger se está atendiendo a las personas que sufren los efectos de la falta de alimentos básicos.
No dejar a nadie atrás
El marco de acción de Cáritas Española en acción humanitaria recoge como principio inspirador la atención “a los últimos y no atendidos” de las crisis humanitarias que mayor sufrimiento provocan en las vidas de las personas más vulnerables. El objetivo es “no dejar a nadie atrás” y, especialmente, a quienes están más expuestos a los efectos de estas crisis. Por ello, las intervenciones humanitarias de Cáritas en las principales emergencias actuales buscan garantizar la atención integral a las personas a través del trabajo en el terreno de las Cáritas locales.
Además de proporcionarles ayuda humanitaria de emergencia, se busca también acompañar a las comunidades afectadas en la puesta en marcha de soluciones duraderas que garanticen su dignidad, sus medios de vida y las bases para un desarrollo integral. El enfoque basado en el binomio acción humanitaria-desarrollo que Cáritas Española aplica a sus intervenciones humanitarias pretende proporcionar a las personas un futuro digno y sostenible.
La irrupción de la Covid-19 en muchos países está agravando el efecto ya de por sí devastador de estas crisis humanitarias sobre millones de personas. La contención de la propagación del coronavirus en las comunidades acompañadas por Cáritas, la adopción de programas de prevención, profilaxis y aislamiento social, las campañas de información y el acompañamiento a las personas y familias afectadas por los brotes son líneas de trabajo que Cáritas Española ha incorporado en los últimos meses a todos los proyectos de acción humanitaria actualmente en marcha de la mano de las Cáritas nacionales.