La red de Cáritas en los territorios de la Amazonía, cuyo trabajo está siendo acompañado desde hace décadas por Cáritas Española, ha dado la voz de alarma ante la grave situación de desprotección ante el impacto de la pandemia global causado por el coronavirus a la que han quedo expuestas las comunidades indígenas.
Ya el pasado 31 de marzo, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y sus organizaciones miembros de los nueve países de la cuenca del Amazonas –que engloba a 511 pueblos indígenas, y más de 66 pueblos en aislamiento voluntario y contacto inicial—, emitió una declaración en la que denunciaban que “los pueblos indígenas afrontan una doble vulnerabilidad producto no sólo de la exclusión y marginación histórica a la que hemos sido sometidos sino también como resultado de las características y condiciones geográficas en las que pervivimos en las tierras y territorios ancestrales”.
Riesgos de las actividades extractivas
Esta situación se ve agravada por problemáticas y vulneraciones de derechos preexistentes, como los que supone la actividad extractivista, que continúa en estos últimos días a pesar del toque de queda y estados de excepción, y que provoca, con la ayuda de los Estados, “flagelos sociales y ambientales catastróficos para la pervivencia de los pueblos de la Amazonía”, como denuncian las comunidades.
Ante este incremento de los riesgos, los pueblos de la Amazonía solicitan una mínima coordinación entre los Gobiernos y las organizaciones indígenas para diseñar las medidas de confinamiento, a fin de que éstas puedan ser cumplidas en toda la cuenca y los pueblos amazónicos puedan tener un nivel de protección adecuado a su realidad. Cabe señalar, además, que en ciertas comunidades indígenas, campesinas o ribereñas, el confinamiento no es una opción, por lo que la propuesta de las organizaciones es que sean medidas adaptadas a esta realidad.
Por otro lado, se proponen también medidas de auto-sostenimiento y reforzamiento del sistema de salud, para que no se produzca el contagio comunitario en las poblaciones indígena, que, de hecho, está siendo mucho más letal que en el caso de otras comunidades o sociedades más expuestas al contacto humano.
Junto a ello, lanzan la alerta de que para superar la crisis económica provocada por la pandemia se intensifique la extracción de los recursos naturales para que los Estados puedan afrontar el aumento del endeudamiento. Por ello, Cáritas apela ahora más que nunca a reforzar la solidaridad con estas comunidades y el apoyo internacional para el seguimiento de las vulneraciones de derechos en la región. Se tiene constancia de que, aún con las medidas de toque de queda o confinamiento, en varios de los países amazónicos continúan las actividades mineras extractiva y, con ello, el origen de muchas de las vulneraciones de derechos detectadas.
Según los datos recabados por la REPAM (Red Eclesial Panamazónica), a fecha de 10 de mayo se habían registrado en la Amazonía un total de 43.516 contagios y 2.647 muertes por la Covid-19.
Bolivia
En la Amazonía boliviana, hasta el momento hay 1.389 casos confirmados y 60 fallecidos. Cáritas Española está trabajando en el departamento del Beni apoyando a las comunidades indígenas ribereñas de los ríos Quiquibey, Yata y Benicito, que quedan excluidas de las ayudas que está ofreciendo el Gobierno, ya que la gran mayoría no cuenta con cédula de identidad y sus hijos no están registrados dentro del sistema educativo. Además, son víctimas de la descoordinación de los Gobiernos locales, que solo ofrecen ayuda a las poblaciones residentes en sus municipios.
El apoyo que se les presta a través de Cáritas consiste principalmente en alimentos y otros productos de primera necesidad de los que no pueden disponer directamente del bosque, así como material de protección y pautas de actuación para prevenir la pandemia.
Brasil
En la Amazonía brasileña hasta el momento hay 27.482 casos de coronavirus confirmados y 1.722 fallecidos. Cáritas Española trabaja en las zonas regionales Norte I y II en coordinación con el CIMI (Consejo Indígena Misionero), dando apoyo a las comunidades indígenas de los departamentos de Amazonas y Roraima, así como en la cuenca del río Tapajós.
La situación excepcional generada por la pandemia en esa región pone revela un aumento de las invasiones de territorios, lo que constituyen un factor de grave riesgo de contagio para una población dependiente de un sistema de salud muy precario. Para ello, la red Cáritas está centrando su respuesta en la adopción de las medidas necesarias de prevención y protección frente a la pandemia, así como de acompañamiento al papel del Estado en la aplicación de medidas urgentes que eviten un impacto irreversible en la vida de los pueblos indígenas.
Colombia
Los dos departamentos del país con la mayor tasa de incidencia son amazónicos: Amazonas y Meta. La ciudad de Leticia (Amazonas), en la triple frontera entre Perú, Brasil y Colombia cuenta con 230 casos confirmados, de los cuales el 88,2% son atendidos en casa y el 6,5% se encuentran hospitalizados, aunque ninguno está siendo atendido en UCI.
La situación en las zonas rurales de la Amazonía se agrava para las comunidades indígenas y su derecho a la salud por el déficit de información y participación en los protocolos de prevención. Los 15 obispos amazónicos de Colombia emitieron un comunicado el pasado 1 de mayo en el que se sumaban a la solicitud de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) de una política pública específica de mitigación de la pandemia que incorpore la diversidad cultural y saberes propios. Como alerrtan los prelados, el riesgo de exterminio de comunidades indígenas, su lengua y su cultura es evidente y no es nuevo en la Historia.
Cáritas Española acompaña en Colombia a tres comunidades indígenas del Gran Resguardo de Vaupés (Vicariato de Mitú) en su defensa del territorio frente a la explotación minera de oro y coltán. Estas comunidades se encuentran ahora doblemente amenazadas con la previsible llegada de la COVID al territorio y solicitan apoyo para adquirir elementos de higiene y utensilios de pesca y caza sin tener que desplazarse. Las medidas de confinamiento obligatorio han favorecido la actividad de los grupos armados contra defensores de derechos humanos, en especial líderes indígenas, así como la deforestación e invasión de territorios protegidos En marzo de 2020 los puntos de calor tuvieron un aumento sustancial en comparación con el mismo mes de 2019. Mientras en marzo de 2019 hubo 4.691 puntos de calor, en el mismo mes de este año estuvieron activos 12.953.
Perú
En la Amazonia peruana la curva de contagios sigue en alza. Se registran oficialmente 3.979 casos confirmados y 243 fallecidos. La mayor concentración se encuentra en las grandes ciudades de Iquitos y Pucallpa, pero ya se confirman casos en comunidades rurales, donde la expansión que está teniendo el virus es muy preocupante debido a las grandes distancias para tratar los casos y la menor inmunología de los pueblos indígenas.
Las entidades apoyadas desde Cáritas Española (Cáritas Madre de Dios, Pastoral de tierras y Cáritas Yurimaguas) están afrontando la crisis desde tres líneas de trabajo: protección (entrega de kits de bioseguridad), ayuda humanitaria (víveres de primera necesidad a las familias más vulnerables) y sensibilización sobre el virus y medidas de protección.
Ecuador
En la Amazonia ecuatoriana se registran 407 casos confirmados y 14 fallecidos, siendo los departamentos de Puyo y Napo donde se presentan mayores incidencias. Al igual que en el resto de la Amazonia, el confinamiento agrava la pobreza extrema en la que ya vivía la población, con sistemas de salud débiles y baja tasa de coberturas, medios de vida informales con ingresos irregulares, desabastecimiento de mercados y especulación con los precios de los alimentos básicos.
En medio de esta pandemia mundial, la contaminación de las fuentes de agua debido a los derrames de petróleo agrava la situación socio-sanitaria. El pasado 7 de abril ocurrió un nuevo derramen en la frontera Sucumbíos-Napo y que ha tenido un impacto directo sobre 35.000 personas que han visto contaminadas sus ríos de los cuales dependen para beber y alimentarse gracias a la pesca.
En términos de incidencia internacional, Cáritas Española en articulación con la REPAM, trabaja en la detección de las vulneraciones de derechos humanos sigue siendo un trabajo clave de la red Cáritas en este territorio durante la pandemia, con objeto de documentar y sistematizar los casos, para después iniciar las vías de denuncia jurídica y de incidencia política. Cáritas Española y REPAM acompañan estos procesos, de los cuales hay tres que son los más emblemáticos:
– La normativa en Brasil respecto a los pueblos en aislamiento voluntario (o pueblos libres) en la Amazonía.
– Falta de acceso a la salud y vulneración del derecho a la participación y a la cultura en las poblaciones de Loreto (Perú) y dificultades con el retorno a las comunidades.
– Falta de acceso a la salud, a la educación y riesgo de inicio de proyectos mineros en Madre de Dios (Perú).
En los tres, se han desarrollado acciones de sistematización de datos y elaboración de documentos marco con análisis de situación, junto con propuestas políticas a los Gobiernos de referencia. Además, se ha remitido dicha documentación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Secretaría General y Relatorías de Pueblos Indígenas y DESCA) y a las Naciones Unidas (Foro Permanente de Pueblos Indígenas, Relatoría de Pueblos Indígenas, Alto Comisionado de UN para los DDHH y Mecanismo de expertos).