Aunque el preámbulo del borrador recoge el compromiso de “promover, respetar y tener en cuenta” los derechos humanos, los expertos de Cáritas instan a que se incluyan en el artículo 2, como recogía la versión anterior.
En la recta final de las sesiones de la Cumbre del Clima (COP21) que se celebra en París, los representantes de Cáritas Española en la conferencia muestran su temor a que algunos de los aspectos claves de futuro se queden fuera del acuerdo final que, según todo indica, será firmado mañana en la capital francesa.
La referencia a los derechos humanos
La referencia a los derechos humanos
A la espera de conocer cuál será la formulación legal del acuerdo en su versión definitiva, Amparo Alonso, Eduardo López y Martín Lago –los expertos de Cáritas Española que han acudido a París–, indican que “respecto a los principios del acuerdo, creemos que hay algunos aspectos positivos, pero también algunos elementos que aún nos preocupan”.
Uno de ellos, en los que el conjunto de la delegación internacional de Cáritas ha venido insistiendo, es el tema de los derechos humanos, que, si bien quedan reflejados en el preámbulo del borrador cuando se recoge el compromiso de “promover, respetar y tenerlos en cuenta”, no significa que se garanticen.
Uno de ellos, en los que el conjunto de la delegación internacional de Cáritas ha venido insistiendo, es el tema de los derechos humanos, que, si bien quedan reflejados en el preámbulo del borrador cuando se recoge el compromiso de “promover, respetar y tenerlos en cuenta”, no significa que se garanticen.
Para Cáritas, es indispensable que los derechos humanos queden reflejados en el artículo 2, en el cuerpo del documento final, como aparecían en la versión anterior.
Pobreza, seguridad alimentaria y calentamiento
Pobreza, seguridad alimentaria y calentamiento
Con relación al reto de la reducción de pobreza como uno de los objetivos prioritarios del acuerdo, los representantes de Cáritas indican que el borrador muestra una clara relación entre cambio climático y erradicación de pobreza.
“Reconocemos positivamente que aparezca como prioritario la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y acabar con el hambre, pero nos preocupa que el enfoque sólo sobre los sistemas de producción alimentaria vaya en contra en el futuro”, afirman en lo que atañe a la seguridad alimentaria.
“Reconocemos positivamente que aparezca como prioritario la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y acabar con el hambre, pero nos preocupa que el enfoque sólo sobre los sistemas de producción alimentaria vaya en contra en el futuro”, afirman en lo que atañe a la seguridad alimentaria.
Asimismo, es motivo de satisfacción para Cáritas que el Borrador incluya la apuesta ambiciosa de mantener el límite del calentamiento en 1.5 grados.
Responsabilidades comunes, pero diferenciadas
Responsabilidades comunes, pero diferenciadas
Otro aspecto positivo es la inclusión de la revisión de los compromisos cada 5 años, aunque falta definir un marco temporal claro de inicio, Por otra parte, no se menciona ningún plan concreto de descarbonización. Además, las contribuciones nacionales tienen que presentarse antes del 2020, lo que supone un plazo demasiado largo.
La cuestión relativa a las responsabilidades comunes pero diferenciadas, queda, en opinión de los representantes de Cáritas, vagamente recogido, pues vuelve a primar en el borrador el lenguaje de países desarrollados sobre el de los países en vías de desarrollo, eliminando las referencias que en el texto original existían a “países con capacidad de llevarlo a cabo”. Cáritas insiste, por ejemplo, en que los países africanos no son todos iguales, por lo tanto no se deberían de medir a todos por el mismo rango. Cada país del mundo debería de tener una cuota específica de responsabilidad.
La cuestión relativa a las responsabilidades comunes pero diferenciadas, queda, en opinión de los representantes de Cáritas, vagamente recogido, pues vuelve a primar en el borrador el lenguaje de países desarrollados sobre el de los países en vías de desarrollo, eliminando las referencias que en el texto original existían a “países con capacidad de llevarlo a cabo”. Cáritas insiste, por ejemplo, en que los países africanos no son todos iguales, por lo tanto no se deberían de medir a todos por el mismo rango. Cada país del mundo debería de tener una cuota específica de responsabilidad.
Otro contenido positivo del borrador final es la mención sobre el enfoque de participación e implicación en la lucha contra el cambio climático de las personas vulnerables y grupos indígenas, sobre todo en lo relacionado con la adaptación.
Y finalmente, en cuanto a la financiación, es una mala noticia que de nuevo limite a la responsabilidad de los países desarrollados sobre los países en vías de desarrollo, dejando a un lado países que pueden contribuir por su reciente capacidad para hacerlo, como China o India.