Las personas y el planeta en el centro de la economía. Los impactos de un sistema económico que no prioriza la Vida. ¿Formo parte de la economía social y solidaria?¿Ahorro en banca ética? Carmen Sanchis nos da la claves en el Espacio Verde de esta semana.
La economía es la ciencia social que se encarga de estudiar cómo los individuos, las familias, las empresas o las naciones hacen uso de sus recursos, generalmente escasos, para producir bienes y servicios que satisfagan demandas y necesidades de las personas y de la sociedad. ¿Sabías que nuestra manera de producirlos, así como el modelo en el cual se fundamenta esa economía, resulta insostenible, injusto e insolidario?
En la actualidad, las personas y el planeta han pasado a un segundo plano frente a un sistema cuyas prioridades dejan de lado la vida y la casa común. Por ejemplo, estamos consumiendo los recursos de 1,4 planetas a un ritmo que considera que las materias primas son infinitas. Además, cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos, mientras que, casi 2 mil millones de habitantes, padecen hambre o desnutrición.
Los invisibles hilos de la actividad económica están, algunas veces, entre las causas más frecuentes de sufrimiento humano. En 2018, 700 millones de trabajadores vivieron en la pobreza extrema o moderada con un ingreso menor a 3,20 dólares diarios; en 2016, el 61% de la fuerza laboral mundial se mantuvo en el sector informal de la actividad económica. En 2019, la exclusión extrema se triplicó en España, pasando de 600 mil a un 1 millón 800 mil personas. Y en este panorama, las mujeres siguen haciendo, calladamente, más de lo que se les reconoce: el 75% del trabajo de cuidar no es remunerado, a ello le dedican 3 veces más tiempo que los hombres.
El afán de lucro también compromete la viabilidad de la convivencia y erosiona las posibilidades de bienestar de diversas comunidades en el tiempo. A día de hoy, las multinacionales desplazan el 40% de sus beneficios, es decir, unos 600.000 millones de dólares anuales, a paraísos fiscales. Un modelo económico que beneficia a unos pocos, promueve el individualismo y la competencia por una parte, y por otra, propicia nuevos desplazamientos, migraciones, conflictos.
¿En qué hemos avanzado? Instituciones de alcance mundial trabajan junto con gobiernos y organizaciones para dar respuestas a un tema complejo. No todos están alineados con la idea de una economía sostenible, justa y solidaria. La defensa de la casa común exige mucho más de lo que imaginamos. En ese sentido, Naciones Unidas, en la Agenda 2030, propone el ODS-8 que busca “Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos”; y el ODS- 12 cuyo propósito apunta a “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”. También hay iniciativas en el campo de las finanzas éticas, la economía social y solidaria. Desde la Iglesia, El Papa Francisco, en el Laudato Si, nos hace un llamado de consciencia, recordándonos que “(…) La tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos lucky jet online.”
¿Qué puedes hacer tú? Anímate a actuar, pon tu granito de arena, en este caso optemos por el comercio justo, reduzcamos el consumo responsablemente. Ayudemos a la comunidad utilizando más mercados locales y empresas sociales; elevemos peticiones a nuestros bancos para que no inviertan en combustibles fósiles ni en armamentos. Si tú eres empleador, garantiza la dignidad de los empleados que estén a tu cargo. Es muy importante que cuidemos con esmero los bienes comunes, nos hacen más grata la vida a todos. Ayúdanos a apoyar una Ley de Diligencia Debida para España.
En Cáritas hay algunas propuestas que puedes poner en acción, entra en www.enlazateporlajusticia.org/oikonomia/ y busca el documento ECONOMÍA. Aprovecha la información disponible para promover acciones en tu comunidad en pro de una economía sostenible, justa y solidaria. Todos a una por la casa común.