El coltán es un mineral esencial para la fabricación de aparatos electrónicos, pero ¿sabías que cada kilo de coltán le cuesta la vida a dos personas en la República Democrática del Congo?¿Cómo puedes alargar la vida de tus aparatos electrónicos? Carmen Sanchís tiene las claves en el Espacio Verde de esta semana.
Muchos aspiramos a poseer un smartphone cada vez más sofisticado al que solo baste presionar una secuencia de instrucciones sencillas para hablar con otros, vernos, relacionarnos, acudir a las instituciones, a la banca, mercadear bienes y servicios, guardar datos, entretenernos y estar en muchas partes a un mismo tiempo. El impacto de la telefonía móvil es indudable: a día de hoy, hay tantos móviles como habitantes sobre la tierra. En el 2020, fue utilizado por más de 5.400 millones de personas. En 10 años se han fabricado alrededor de 7 mil millones de teléfonos en el mundo. Atrás quedó el móvil que sólo nos comunicaba; ahora estamos en presencia de algo más complejo.
La humanidad es testigo de cómo este diminuto aparato tiene un aspecto luminoso, que se muestra como un punto en la ruta hacia el encuentro y la ciudadanía digital. Sin embargo, también tiene un aspecto oscuro que muchos ignoran, relacionado con guerras y sufrimiento, derivado de las condiciones inhumanas presentes en la explotación de una de las materias primas básicas para su fabricación: el coltán.
El coltán es un mineral escaso, compuesto de columbita y tantalita, del cual se extrae tántalo, componente clave en la industria de dispositivos electrónicos. Actualmente está muy valorado por su aplicación en el desarrollo de los móviles. El 80% de las reservas mundiales se encuentran ubicadas en África, en la República Democrática del Congo (RDC), país en el cual las condiciones laborales para su obtención atentan contra los derechos humanos; por ejemplo, extraer 1 kilogramo de coltán cuesta la vida a 2 personas. Desde 1998, han muerto 5 millones, durante 2017 fueron desplazados de sus comunidades 4,5 millones y la población femenina, lamentablemente, fue víctima de 10 mil violaciones por año.
Algunas comunidades vulnerables pagan un precio alto por ganarse el sustento diario y en la búsqueda particular del coltán, queda un rastro sangriento, parte del precio que paga el planeta por cada smartphone. Un pequeño dispositivo que no tendrá más de 2 años de vida útil. Además de que contamina, genera residuos tóxicos, causa adicción: miramos el móvil cada 10 minutos, perdemos horas de sueño y la mochila ecológica es pesada ¿sabías que se requieren 75 kg de materia prima y energía en su producción?
¿Qué puedes hacer tú para contrarrestar el impacto negativo de la explotación del coltán? El primer gran paso es abrir los ojos, calcular y reducir el uso del móvil, alargar su vida útil, comprarlo de segunda mano, descubrir el fairphone, unirte a la tecnología libre de conflictos y a Conflict Minerals, difundir esta información o elevar peticiones ante tu Ayuntamiento en pro de la compra de tecnología responsable. Darle sustancia a las palabras del Papa Francisco, en el Lautadato Si, haciéndonos un llamado a la mesura (…) “Es posible volver a ampliar la mirada, y la libertad humana es capaz de limitar la técnica, orientarla y colocarla al servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral”(…).
Organismos supranacionales, países e industrias trabajan para aliviar las repercusiones negativas que se desprenden de la actividad minera. En ese sentido está el Reglamento de la Unión Europea para evitar la vulneración de derechos humanos relacionados con el comercio ilegal de minerales, el objetivo 12 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas referida a la Protección y Consumo Responsable, cuya meta apunta a garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. También encontramos la Guía de Diligencia Debida de la OCDE y la Certificación de Minas en RDC.
En Cáritas contamos contigo para que hagas eco a una iniciativa que busca reducir el sufrimiento de los habitantes de la casa común. Te invitamos a entrar en www.enlazateporlajusticia.org y leer la sección MÓVIL para que descubras cuántas cosas puedes hacer en favor de tu comunidad y el planeta.
Carmen Sanchis,
Voluntaria.
Colabora
Cáritas Diocesana de Salamanca
Grupo Undanet