La Puerta Zamora volvió a albergar ayer noche un nuevo círculo de silencio, organizado por Cáritas Diocesana de Salamanca. En esta ocasión, y dada la proximidad del Día Mundial de la lucha contra el VIH-Sida
, se reclamó que las personas afectadas por este virus se vean libres de estigmas sociales y puedan vivir en condiciones de normalidad, sin ningún tipo de discriminación. Al finalizar el círculo se dio lectura al siguiente manifiesto:
Este año, el mensaje del día Mundial del Sida, anima a todos a conocer nuestro estado serológico, nuestro estado de salud y de defensas.
Desde 1988 hemos visto grandes avances ante la pandemia del VIH. El esfuerzo de personas e instituciones ha hecho que la mortal enfermedad retrocediera, se cronificara, creando esperanza de vida para los infectados por este virus y esperanza para sus familias.
Es verdad: Una batalla se ha ganado, pero no la guerra: ante la relajación de la opinión pública y mediática, las infecciones han vuelto a aumentar. Hemos dejado de tomar precauciones ante la enfermedad. Además, la enfermedad todavía conlleva marginación y discriminación en diversos campos. Por otra parte, muchas personas son reacias a hacerse las pruebas de VIH por miedo a enfrentarse al diagnóstico y al estigma social que supone. Todo ello prolonga y promueve el desarrollo de la enfermedad.
Desde Cáritas Salamanca detectamos varios problemas que debemos enfrentar entre todos y proponemos:
- Que la persona que vive con VIH pueda decirlo con libertad, si lo desea, y sin miedo al rechazo. Por el derecho a no ser estigmatizado.
- Que las políticas sanitarias continúen invirtiendo dinero para poder poner fin a esta enfermedad. Queda mucho por hacer.
- Que todos continuemos sensibilizándonos para acabar con la discriminación o prejuicio que pesa todavía sobre este colectivo. Las personas infectadas por el VIH tienen los mismos derechos que el resto.
- Que todos nos sintamos solidarios y misericordiosos con los que padecen esta enfermedad.
Y, no olvides: “Tu compromiso mejora el mundo”.
No estamos solos, este círculo se amplia cada día porque a él se unen personas de Cáceres y Beja (Portugal) y en una docena de lugares más.