“Ahora más que nunca trabajo decente”, bajo este lema, las entidades que impulsan la iniciativa, Iglesia por el Trabajo Decente en Salamanca celebraron ayer una jornada de sensibilización.
Las entidades y movimientos de Iglesia por el Trabajo Decente en Salamanca (Cáritas diocesana de Salamanca, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), CONFER, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC), Juventud Obrera Católica (JOC), CEDIS y Pastoral Obrera) celebraron una la Vigilia de oración en la iglesia de San Martín y un acto reivindicativo en la Plaza Mayor, en el que se leyó un manifiesto para reivindicar “el trabajo como derecho y medio para desarrollarnos, crecer y realizarnos como personas”.
El manifiesto expuso situaciones injustas especialmente en el escenario marcado por la pandemia, que ha añadido precariedad en el mundo del trabajo. Por ello, “la nueva `normalidad´ no puede ser la precariedad que venimos sufriendo desde antes de la pandemia”, que obedece a “un modelo económico basado en el beneficio, que no duda en explotar y descartar a la persona”.
Se puso el foco en el aumento de la precariedad que la Covid-19 está suponiendo para “el personal de limpieza y sanitario sin Equipos de Protección Individual”, junto a los problemas detectados en “las condiciones laborales y falta de medidas de prevención en riesgos para la salud de las trabajadoras de hogar; las personas teletrabajando sin disponer de medios tecnológicos y dispositivos por parte de la empresa” o aquellas “que, a pesar de estar en ERTE, se han visto obligados a teletrabajar desde casa”. Estas situaciones han impedido a un número importante de trabajadores “acceder a ERTE o cualquier tipo de escudo social”.
Se denunciaron también, las dificultades existentes en el acceso al trabajo derivadas del “modelo de relaciones laborales actual, que no asegura acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral, o la participación social”. Esta es una situación que afecta especialmente a jóvenes y mujeres, “víctimas de una de las mayores tasas de desempleo, trabajos peor remunerados y elevada rotación”.
Como afirma Rita, de 20 años, cuyo testimonio se recoge en el Manifiesto, “al ser jóvenes, se llega a la conclusión de que nos podemos conformar con cualquier cosa o condición con el fin de poder ganar experiencia. Con esto me refiero a trabajar horas extra o realizar cierres con mucha más frecuencia de la acordada”. “Lo que más frustra y te hace sentir inseguridad –asegura a su vez Carmen, otra joven trabajadora de 23 años— es que te pidan experiencia, pero no te den la posibilidad de conseguirla, rechazándote desde el principio por ser joven”.
Reivindicaciones
En esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente, ITD pone el foco en las siguientes reivindicaciones:
– Que el Estado ponga los medios necesarios para asegurar el cumplimiento de la normativa sobre las condiciones de trabajo y prevención de riesgos laborales, con especial hincapié en las condiciones infrahumanas en las que siguen viviendo muchas personas trabajadoras temporeras en asentamientos de zonas hortofrutícolas.
– Asegurar un empleo de calidad en los sectores privado y público; disminuyendo la contratación temporal y parcial e impulsando la contratación indefinida y la jornada completa.
– Medidas de orientación y formación, no solo para personas desempleadas, sino accesibles a todas las personas trabajadoras, especialmente para aquéllas que sufren subempleo y precariedad en el empleo.
– La subida del Salario Mínimo, para que se ajuste a las necesidades vitales de la sociedad actual, y que familias sin ingresos tengan una defensa real y la posibilidad de salir adelante.
– Modificar el Reglamento de Extranjería para evitar la caída en situación de irregularidad sobrevenida de las personas migrantes.
FOTOGRAFÍAS: Oscar García. Servicio Diocesano de Comunicación.