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Celebración Día de la Caridad

5 junio, 2015

Con motivo del día del Corpus, Cáritas celebró el Día Nacional de Caridad con una Eucaristía y un círculo de silencio, bajo el lema: ‘¿Qué haces con tu hermano?

La iglesia de los Carmelitas acogió una Eucaristía en la que, como ya es tradición, reunió a toda la familia Cáritas: voluntarios, socios, colaboradores, trabajadores…
A continuación se llevó a cabo un nuevo encuentro de los círculos de silencio, en esta ocasión bajo el lema de la campaña. El acto finalizó con la lectura del manifiesto.
Manifiesto completo:
“Nuestra época está marcada por las desigualdades sociales, la pobreza, el hambre, y sobre todo la pérdida de derechos fundamentales… La exclusión de las personas y las familias más pobres crece de forma escandalosa. Los ricos son más ricos, y los pobres son más pobres, más numerosos y con menos derechos. Millones de personas han quedado tiradas, «descartadas», excluidas, en la cuneta de nuestra sociedad, de nuestro mundo.
Ante esta situación de empobrecimiento y pérdida de derechos, reafirmamos, una vez más, la centralidad y la prioridad de la persona humana por encima de cualquier interés político, ideológico o económico.
El lamento de las víctimas que provoca la injusticia estructural del sistema capitalista, retumba en nuestros oídos permanentemente y golpea nuestras conciencias para que no permanezcamos indiferentes (cfr. Éx.3). Escapemos de la «globalización de la indiferencia», que nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos y nos vuelve insensibles al sufrimiento del prójimo. Martin Luther King decía: «No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena.»
Ha llegado el momento para conmovernos y movernos, para encontrarnos con el hermano caído. Somos guardianes del bienestar de nuestros hermanos y hermanas, somos guardianes de sus derechos, de los que reconocen nuestra dignidad inalienable. Por ello, desde Cáritas queremos convocar a todos a vivir la FRATERNIDAD comprometida.
«La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza» dice el Papa Francisco. También la medida de nuestra grandeza humana y cristiana vendrá determinada por la respuesta que vayamos dando con nuestra vida práctica a esta pregunta: ¿Qué has hecho con tu hermano? «Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).
Por eso es necesario comprometerse en la transformación radical de esta sociedad, para construir una alternativa más humana, fraterna y solidaria en la que:
-Todo se ponga al servicio de los seres humanos, especialmente los más empobrecidos.
-Se garantice a todo el mundo la vivienda, la salud, la enseñanza y el trabajo dignos.
-Se asegure la calidad de los servicios públicos evitando convertirlos en negocio privado.
-Toda la ciudadanía pueda disponer de una renta mínima para vivir dignamente.
-El capital y las finanzas estén controlados por los poderes públicos.
-Se asegure unos servicios sociales adecuados, que atiendan verdaderamente a los sectores más
vulnerables para que puedan vivir con dignidad.
-Haya justicia distributiva real para que el bien común prevalezca sobre el bien privado.”
Vídeo del manifiesto: https://www.youtube.com/watch?v=EC5tsAf1rwA

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