La iglesia de Jesús Obrero, del barrio de Pizarrales, fue el escenario escogido para albergar la celebración diocesana de la II Jornada Mundial de los Pobres. La eucaristía, que estuvo presidida por el obispo, Carlos López, tuvo lugar el pasado viernes, a las 19 horas. En la misma intervinieron representantes y participantes de Cáritas Diocesana de Salamanca y de Manos Unidas, así como un nutrido grupo de feligreses que se acercaron hasta este barrio para compartir la celebración.
La Jornada Mundial de los Pobres fue instaurada por el Papa Francisco hace dos años, con motivo de la clausura del Año Jubilar de la Misericordia. Se celebra el último domingo del tiempo ordinario, antes del inicio del Adviento.
Esta celebración –que se celebra cada año y en toda la Iglesia universal el último domingo del tiempo ordinario, el domingo XXXIII, previo a la fiesta de Cristo Rey— es una ocasión idónea para poner de relieve el protagonismo de los más pobres en la vida de las comunidades.
El lema bajo el que se convocó esta II Jornada –«Este pobre gritó y el Señor lo escuchó»— está tomado del salmo 34. Son unas palabras que, como señala Francisco en su mensaje para la jornada, “se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de ‘pobres’.
Fotografías: Óscar García/Diócesis de Salamanca