La celebración del Día Mundial de la Alimentación es una ocasión óptima para poner el foco en la urgencia de impulsar los compromisos recogidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) alcanzados por los líderes mundiales en el seno de las Naciones Unidas en septiembre de 2015 para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
Cáritas entiende los ODS como una herramienta política para la defensa de los derechos humanos y apuesta por un cambio de modelo, con unos patrones de consumo, comercialización y producción sostenibles e incluyentes, que disminuyan las brechas de desigualdad entre las personas.
Poner fin al hambre, prioridad para Cáritas
En concreto, el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 2 se marca como meta “poner fin al hambre y a todas las formas de malnutrición, y alcanzar la producción sostenible de alimentos para el año 2030”.
Este objetivo es prioritario en el trabajo de cooperación fraterna que Cáritas Española impulsa en diversas regiones del planeta con las personas más empobrecidas. Hacer posible el derecho a una alimentación adecuada es parte de nuestra visión y modelo orientado al desarrollo humano integral y sostenible, como estrategia para contribuir a la transformación social.
Actualmente, Cáritas Española apoya diversos proyectos orientados a asegurar el derecho a la alimentación en 9 países de América Latina, 11 de África y otros 7 de Asia. Dentro de estos programas es fundamental que las acciones integren tres niveles de intervención: reducir la vulnerabilidad del país y de las comunidades en condiciones más precarias, mejorar las condiciones de vida de los hogares, y mejorar el acceso a la salud y las condiciones nutricionales de las personas.
Nuevo proyecto en Senegal
Uno de los proyectos más recientes puestos en marcha con el apoyo de Cáritas Española y que resume estos principios de trabajo es el que se desarrolla en la Comuna de Niagha, en Senegal, con el apoyo directo de Cáritas Diocesana de Burgos y el seguimiento en el terreno por parte de la Cáritas local.
Con un presupuesto de 283.000 euros, este proyecto tiene como objetivo garantizar el derecho a la alimentación de mujeres campesinas en situación vulnerable y sus familias. A través de diversas acciones, la intervención busca empoderar a estas mujeres, que están organizadas en seis grupos de promoción femenina en otras tantas aldeas de la Comuna de Niagha, mediante su acceso a tierras de cultivo y sistemas de irrigación, así como la formación en técnicas de mejora de producción agrícola y de comercialización.
El proyecto, que culminará en diciembre de 2019, tendrá como beneficiaros directos a 475 mujeres y, como indirectos, es decir el conjunto de todos los núcleos familiares, a 4.275 personas. Se trata de un programa que completa dos fases anteriores del mismo en esta diócesis senegalesa y que culminaron con resultados óptimos.
¿Sabías qué?
Cáritas recuerda que el Derecho a la Alimentación está reconocido por la legislación internacional, que protege el derecho de todos los seres humanos a alimentarse con dignidad, ya sea produciendo su propio alimento o adquiriéndolo.
Para poder producir su propio alimento, una persona necesita tierra, semillas, agua y otros recursos, y para comprarlo, necesita dinero y la posibilidad de acceder al mercado. El Derecho a la Alimentación requiere, por tanto, que los Estados proporcionen un entorno propicio en el que las personas puedan producir o procurarse una alimentación adecuada para sí mismas y para sus familias.
Aunque en el planeta se producen alimentos suficientes para todos, se estima que unos 821 millones de personas siguen pasando hambre, casi 40 millones más que en 2015. Mientras tanto, cada año 1.300 millones de toneladas de comida acaban en la basura.
Las mujeres producen ente el 60% y el 80% de los alimentos de los países en desarrollo y la mitad de los de todo el mundo.
Los conflictos, agravados por situaciones relacionadas con el clima son, en gran parte, los causantes del reciente aumento de la inseguridad alimentaria.
Otro dato preocupante es que la desnutrición infantil aguda continúa siendo una amenaza para la vida de casi 52 millones de niños. Por el contra, en 2016, 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso.