De diciembre de 2021 a noviembre de 2022 se ha acompañado a 1.873 familias. A 1.040 se les ha ayudado económicamente por un importe total de 714.321€, frente a una recaudación de 31.230€.
Cáritas Diocesana de Salamanca ha presentado esta mañana su nueva campaña de Operación Vivienda en la sede de C/ Monroy 2, con dos objetivos fundamentales: sensibilizar sobre la realidad de la vivienda en nuestra provincia, y recaudar fondos para seguir ayudando a que las familias y las personas vulnerables puedan acceder y mantener una vivienda digna.
Como cada año, la campaña ha sido diseñada por alumnos de Publicidad de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca, con la supervisión de Carmen María Alonso, profesora y catedrática de Creatividad Publicitaria. Una campaña cuyo lema es “Una vivienda digna, que no sea un privilegio”, y está compuesta por un poster, una cuña de radio y un spot televisivo.
José María Rodriguez, secretario de Caritas Diocesana Salamanca, y Oliva Martín, coordinadora del servicio de acogida y atención primaria de la organización, fueron los encargados de presentarla, insistiendo en que la vivienda es un derecho fundamental. “Disponer de una vivienda digna es catalizador del acceso a otros derechos, pero para un 20% de la población de Castilla y León, esto no es una realidad”, explicó el secretario de Cáritas. “El exceso del porcentaje de ingresos que se destina a la vivienda hace que, para personas con bajos o casi nulos ingresos, sea muy difícil mantener esa vivienda en buenas condiciones.
Como se ha explicado esta mañana, las personas más afectadas por la actual crisis inflacionaria son las que ya estaban en una situación delicada antes de las sucesivas crisis; aquellas con menores ingresos. En Castilla y León, una familia debe dedicar más del 60% de sus ingresos a los gastos de vivienda y suministros, lo que deja muy poco margen para otros gastos esenciales en la familia, como los sanitarios o los educativos. Esto les obliga a buscar estrategias de reducción de otros gastos para poder hacer frente al gasto de vivienda.
Rodriguez ha defendido la postura de Cáritas frente a esta situación: “solicitamos a la administración un mayor parque de vivienda de alquiler accesible a personas con bajos ingresos, y un esfuerzo en rehabilitación de viviendas que no cumplan con las condiciones de habitabilidad y que no son eficientes energéticamente. Desde una inversión efectiva y eficiente, planteando nuevos modelos de vivienda y de consumo de energía como las viviendas colaborativas o las comunidades energéticas. Con nuevos modelos que faciliten el acceso a la vivienda digna poniendo el foco en las personas con más dificultades”.
Familias en situación límite
Por su parte, Oliva Martín ha facilitado los datos de ayuda en vivienda entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022, en los que se ha acompañado a 1.873 familias, apoyando económicamente a 1.040 de ellas por un importe total de 714.321€.
“De las personas ayudadas, destacan las familias vulnerables con dificultad para hacer frente al pago de la vivienda (alquiler, acceso o hipoteca), incluyendo el pago de suministros”, explicó la coordinadora. “Familias que aplican estrategias de ahorro o renuncia para llegar a fin de mes, recortando gastos (ropa, calzado, ocio…) o educación (como la participación de los niños en actividades extraescolares). Unas medidas que a la larga producen un desgaste no solamente económico, sino también psicológico”.
Dentro de los perfiles ayudados, se encuentran beneficiarios de Renta Garantizada de Ciudadanía, Ingreso Mínimo Vital (IMV) y otras prestaciones sociales, cuya cuantía no cubre todas sus necesidades básicas; Familias monoparentales con una complicada conciliación familiar y laboral; personas cuyos ingresos de trabajo no son suficientes para cubrir sus necesidades; personas solas que viven en pisos compartidos; e Inmigrantes, especialmente aquellos en situación administrativa irregular o personas que han visto denegada su solicitud de protección internacional, y que, hoy por hoy, no tienen acceso a ayudas sociales.
“El apoyo que ofrece Cáritas llega por dos vías”, recalcó Martín. “Por una parte, ayudas de alquiler y de suministros para evitar que se pierda la vivienda, o ayudas para asumir el coste de acceso a una vivienda digna; y por otra, el acompañamiento a cada una de estas personas y familias”.
Una respuesta solidaria
Cáritas sabe que los más frágiles son los más damnificados y los que sufren con más intensidad en las situaciones de crisis. Los cambios significativos en la economía y cualquier fenómeno que genera un empeoramiento en las condiciones de vida y acceso a derechos se trasmite de forma más intensa a la población más vulnerable. Vivienda es sinónimo de hogar; un hogar en el que se puedan satisfacer las necesidades básicas de electricidad, gas o agua, … para preservar la salud, la vida y la dignidad.
Con el lema “Una vivienda digna, que no sea un privilegio”, Cáritas lanza esta Navidad una llamada a la colaboración económica y a poner en práctica la generosidad con las personas en situación más precaria. En su sede de C/ Monroy 2, mediante transferencia bancaria en las diferentes cuentas que Cáritas Diocesana de Salamanca tiene abiertas en las entidades bancarias, o Bizum el 38119.
ACTIVIDADES DE LA CAMPAÑA ‘OPERACIÓN VIVIENDA 2022’
* Venta de regalos solidarios (belenes, coronas y postales) a 5€ cada uno en la sede de Cáritas.
* Tradicional pegada de carteles de la campaña en los autobuses urbanos.
* Colecta destinada a Operación vivienda en las eucaristías de las parroquias. Domingo 18.
* Mercadillo Solidario de Navidad en la Escuela Oficial de Idiomas. 23 de Noviembre al 20 de diciembre.
* Juegos, proyección de película navideña y chocolatada en los locales del centro parroquial La Anunciación del Señor. Sábado 17 a las 17:00 (juegos), 18:00 (película) y 19:30 (chocolatada).
* Venta de Cuadritos solidarios en el centro parroquial de San Mateo a la salida de las eucaristías. Sábado 17 y domingo 18.
* Círculo de silencio por una Vivienda Digna. Jueves 22 a las 20:00 en la Puerta Zamora.
Un proyecto financiado por el IRPF de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca, junto con financiación propia.