La tarde del sábado incluyó desde testimonios compartidos, una eucaristía presidida por el obispo y la lectura de un manifiesto en la Plaza de la Concordia.
Este sábado 16 de noviembre, Cáritas Salamanca se ha unido a las celebraciones con motivo de la VIII Jornada Mundial de los Pobres, que este año llevaba por lema “La oración del pobre sube hasta Dios”. Una jornada promovida por el papa Francisco para visibilizar las necesidades de los más desfavorecidos, y que ha contado con actividades en Salamanca organizadas por la Diócesis, en colaboración con Cáritas, Pastoral Penitenciaria, Salamanca Acoge y Manos Unidas.
La jornada dio comienzo en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva con una mesa de experiencias a las 17:00, que planteaba a los asistentes “¿Cómo ser acogida, acompañamiento y servicio?” Un espacio con amplia asistencia, que ha permitido escuchar de primera mano diferentes testimonios que invitarán a reflexionar sobre la manera de hacer más efectiva la acogida y el acompañamiento a quienes atraviesan dificultades. Incluyendo un participante de Pastoral Penitenciaria, otro de Salamanca Acoge y Jesús, residente de la casa de acogida de Cáritas, Padre Damián.
Tras la mesa, comenzó a las 19:00 en la misma parroquia una eucaristía presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana, en la que se elevó una oración por los pobres. Y, por último, los asistentes se desplazaron en procesión desde la iglesia hasta la Plaza de la Concordia, acompañados en todo momento por los chicos y chicas de la Escuela de Circo de la Casa Escuela Santiago Uno, para amenizar el trayecto.
Ya en la plaza, las actividades continuaron a las 20:00 con un espectáculo de magia a cargo del mago Guille Barru y una potente batucada de los chicos de Santiago Uno. Además de un un gesto simbólico hacia los más desfavorecidos, con la lectura de un manifiesto a cargo de Manos Unidas, que ayudaba a reafirmar el compromiso de la Iglesia con los pobres.
Desde Cáritas, agradecemos a todas las organizaciones participantes por el cariño puesto en la preparación de las actividades de este año, a los participantes que compartieron su testimonio de vida, y a toda la comunidad diocesana por acompañarnos, en apoyo a los más desfavorecidos.