Más de 314.000 ucranianos han sido atendidos desde el inicio del conflicto dentro y fuera del país.
Cáritas Española se ha sumado este jueves al llamamiento realizado por Caritas Internationalis en favor de la paz en Ucrania. Exactamente un mes después del inicio del conflicto, Cáritas Internationalis insta a que se ponga fin a las hostilidades y se garantice la asistencia humanitaria sin trabas.
“Los intereses políticos no pueden seguir prevaleciendo a expensas de todo un pueblo que necesita desesperadamente asistencia humanitaria. Nos unimos al Santo Padre en sus repetidos llamamientos para que la guerra ‘abominable’ en Ucrania termine de inmediato y para que se ponga fin al sufrimiento de la población a través de una solución pacífica», afirma Aloysius John, secretario general de Caritas Internationalis.
La Confederación de 162 organizaciones de Cáritas nacionales en todo el mundo también subrayan la importancia de tener en cuenta el dramático impacto del conflicto en Ucrania sobre muchos países donde las crisis llevan meses y años produciéndose y ahora están tristemente olvidadas.
El número de personas afectadas un mes después del inicio de la guerra en Ucrania es de al menos 2.421 víctimas civiles, 3.389.044 refugiados -incluidos al menos 1,5 millones de niños- y casi 6,5 millones de desplazados internos.
«Las dos organizaciones ucranianas de Cáritas -Caritas Ucrania y Caritas Spes- han apoyado a la gente desde el primer momento y nunca los han abandonado, ni siquiera en el caso de Mariupol, donde fuertes bombardeos forzaron el cierre de algunos centros locales», asegura.
Hasta ahora, Caritas ha brindado asistencia humanitaria a varios cientos de miles de personas. Las Cáritas nacionales en los países vecinos, incluidos Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumania y Moldavia, están en primera línea para ayudar a los millones de refugiados.
Según el recuento realizado por Cáritas Española de la labor realizada por las distintas Cáritas nacionales en el terreno, más de 314.000 personas han recibido ayuda desde el inicio de la guerra, la mayoría dentro de las fronteras de Ucrania (224.000). Solo en ese país se reparten diariamente más de 23.500 comidas y 5.100 kits de higiene personal.
En zonas de conflicto muy remotas
Cáritas y la Iglesia se encuentran entre las pocas organizaciones que quedan al lado de la población ucraniana, y su presencia de base les permite llegar incluso a zonas de conflicto muy remotas.
«Es por eso que nuestra Confederación insta a los Estados y agencias internacionales a apoyar a las ONG y organizaciones religiosas en primera línea para responder a la crisis humanitaria y entregar la mayor parte de la ayuda y garantizar la protección en Ucrania», afirma John.
Caritas Internationalis pide además a las partes involucradas que garanticen la evacuación segura de los grupos vulnerables, especialmente niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidad. “Se debe brindar asistencia a las personas necesitadas y a los refugiados sin ningún tipo de discriminación por motivos de nacionalidad”, apunta.
Caritas Internationalis también reitera su llamamiento para la protección de las mujeres y los niños en tránsito, que representan alrededor del 90 % de los refugiados que huyen de Ucrania y que corren un gran riesgo de convertirse en víctimas de la trata de personas.
Se ha informado, también por organizaciones locales de Cáritas, que hay grupos del crimen organizado a ambos lados de la frontera y en los países de acogida. Las víctimas suelen ser engañadas con la oferta de transporte a otros países y alojamiento en casas particulares.
Las distintas Cáritas nacionales y las ONG activas en las fronteras ya están movilizando su red contra la trata para monitorear la situación y proteger a las personas vulnerables.
«Recomendamos enfáticamente que los Estados implementen y fortalezcan los mecanismos de salvaguardia y protección para proteger a los migrantes de los traficantes de personas», agrega John.
Finalmente, la Confederación insta a no olvidar las graves consecuencias que tiene y tendrá el conflicto ucraniano en muchos países del mundo, donde ya se están produciendo graves crisis.
«La guerra en Ucrania tendrá un impacto dramático en términos de inseguridad alimentaria. Por ejemplo, en Siria, el precio de un alimento básico como el pan se ha disparado. Si la Covid-19 aumentó la cantidad de personas en el mundo en riesgo de morir de hambre en 130 millones, es probable que esta guerra aumente esa cifra”, señala.