La respuesta de Cáritas Española al impacto de la pandemia causada por el coronavirus sigue avanzando a medida que sus efectos alcanzan a las comunidades más vulnerables de aquellos países donde se apoya el trabajo de las Cáritas locales.
Dentro de esta dimensión universal de la opción por los descartados, el Equipo Directivo de Cáritas Española acaba de aprobar un total de 387.000 euros para responder a las peticiones de ayuda lanzadas por las Cáritas de Sudán del Sur, Malí, Níger y Ucrania para financiar proyectos de respuesta a los efectos que la Covid-19 está teniendo en las personas desplazadas y refugiadas como consecuencia de los conflictos olvidados que afrontan esos países.
Sudán del Sur
Cáritas Española apoya a Cáritas de Sudán del Sur desde su creación en 2011, tras la independencia del país. Actualmente, los esfuerzos se concentran en proveer ayuda humanitaria permanente a la población afectada por la guerra civil que desangra el país casi desde su nacimiento. La acción de respuesta de Cáritas Española a esta emergencia cuenta con el apoyo económico de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID), las Cáritas Diocesanas de La Rioja y Asturias, y la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos.
Según los últimos datos disponibles, se estima que en Sudán del Sur hay 1,67 millones de personas desplazadas internas y otros 2,2 millones refugiadas en los países vecinos. A ellos se añaden unas 300.000 personas de países limítrofes que han buscado asilo en Sudán del Sur. Estos protagonistas involuntarios de una de las mayores crisis olvidadas contemporáneas están expuestos a un clima permanente de violencia armada, múltiples vulneraciones de derechos humanos, impacto de desastres naturales y unas condiciones extremas de precariedad material, en muchos casos al borde de la subsistencia.
En estas circunstancias, las medidas de prevención ante la pandemia de Covid-19 son casi una utopía, si se tiene en cuenta que la puesta en práctica de medidas de prevención como confinamiento en el hogar y distancia social depende directamente de la capacidad de las familias para asegurarse el sustento, mientras que las medidas de higiene dependen del acceso a fuentes de agua y materiales de higiene.
Además, las restricciones y medidas de prevención decretadas por el Gobierno han disparado los precios de la comida y productos básicos, y provocado la perdida de fuentes de ingresos al paralizarse los movimientos y el cese de la actividad económica. Es decir, la pandemia está agravando aún más si cabe la vulnerabilidad de las comunidades más desprotegidas e incrementado el riesgo de que las familias opten por recurrir a medidas extremas de subsistencia, como la prostitución o el matrimonio precoz forzado.
El objetivo del proyecto aprobado por Cáritas Española se dirige, precisamente, a paliar el deterioro de las condiciones de vida causada por el coronavirus en las poblaciones más vulnerables de las Diocesis de Malakal, Rumbek, Torit, Wau, Juba, Tombura-Yambio y Yei. Las acciones previstas son garantizar ayuda alimentaria y económica a 11.303 hogares; apoyar la recuperación de medios de vida a 8.128 hogares; y distribuir material de refugio temporal y otros bienes de primera necesidad a 2.657 hogares
Níger
El coronavirus suma nuevos retos a la situación de inseguridad alimentaria y malnutrición que padecen miles de personas desplazadas y refugiadas en las regiones de Diffa, Maradi, Tahoua y Tillabér de Níger como consecuencia de la sequía, las inundaciones y la violencia contra la población civil perpetrada por distintos grupos armados.
La crisis sanitaria y las dificultades derivadas de las políticas de control de la Covid-19 han incrementado la precariedad de unos 2,9 millones de personas que necesitan ayuda urgente, especialmente las 400.000 que han sido forzados a abandonar sus hogares y viven en asentamientos de desplazados improvisados. Al igual que en otros países de la región, la situación humanitaria que afronta Níger es reflejo de otra de las grandes crisis olvidadas del continente africano.
Como respuesta a la petición de ayuda lanzada por Cáritas Níger, Cáritas Española ha aprobado una partida de 100.000 euros para financiar un programa de asistencia de emergencia a hogares desplazados, refugiados y de acogida víctimas de la crisis alimentaria y del coronavirus en las regiones de Diffa, Maradi, Tahoua y Tillabéry.
El proyecto pretende apoyar a un total de 25.525 personas, a las que, además de garantizar ayuda humanitaria de emergencia, se les prestará apoyo en medidas de prevención y control de la Covid-19 con programas de higiene en los campos de desplazados.
Malí
Aunque los graves problemas de movilidad humana en la región del Sahel son un fenómeno antiguo, en la actualidad los retos son cada vez mayores debido a que el número de personas en situación de movilidad ha aumentado y la política de externalización de fronteras de la UE ha devuelto controles fronterizos a una zona de libre circulación, que ha propiciado, además, el establecimiento de una red de tráfico de personas que pone en riesgo las vidas, los derechos y la dignidad de quienes emprenden su plan migratorio.
La ciudad de Gao, en Níger, es una de las encrucijadas del movimiento migratorio de la región, junto con Agadez (también en Níger), Tamanrasset (Argelia) y Saint-Louis (Senegal), donde se concentran gran cantidad de jóvenes en tránsito hacia sus destinos, ya sea por la vía de Libia, de Argelia, de Túnez o de Marruecos.
Desde hace más de 10 años, la Casa del Migrante de Gao, en la diócesis de Mopti, acoge a las personas en movilidad, a quienes brinda acogida temporal y servicios de apoyo para aquellos que deseen volver a sus hogares, así como información sobre sus derechos y los riesgos que corren.
A mediados de abril aparecieron los primeros casos de COVID-19 en Gao, por lo que la Casa del Migrante se ha visto obligada a adaptar estancias y servicios, además de adquirir equipos de protección tanto para el personal como para los usuarios.
La asistencia a personas en movilidad es una línea de trabajo que Cáritas Española viene impulsando en la zona del Sahel, donde actualmente se apoya al trabajo de acogida a migrantes y refugiados en el centro PARI de Dakar, en los guetos de Niamey, Arlit y Agadez, en Níger, Además, Cáritas Española participa en el Grupo de Trabajo de Cáritas Internationalis para el Sahel (GTCIS).
Dentro de esa misión de acompañamiento a las personas migrantes en las rutas de tránsito, Cáritas española ha aprobado un fondo de 30,000 euros para responder a la petición lanzada por la Casa del Migrante de Gao para ampliar sus servicios en el marco de la respuesta a la pandemia.
Ucrania
Después de 6 años de conflicto, el país se encuentra en una situación de recesión económica, mientras muchas agencias voluntarias están retirando su ayuda y las necesidades de los desplazados internos, estimados en 1,5 millones siguen siendo un reto humanitario en esta crisis olvidada para la opinión pública internacional, que ahora suma una nueva dificultad con el impacto de la Covid-19.
Desde el comienzo del conflicto, en 2014, Cáritas Ucrania ha atendido a más de medio millón de personas.
Las últimas cifras sobre el número de casos señalan que hay 26.000 contagios confirmados, y 762 fallecidos. En líneas generales, el impacto social de la pandemia es muy elevado por la reducción de servicios médicos esenciales para atender los casos de coronavirus, el deterioro del sistema educativo y el desabastecimiento de los mercados. En las zonas de conflicto, Cáritas Ucrania alerta sobre las dificultades añadidas generadas por el cierre de fronteras, que impide que las organizaciones de ayuda humanitaria trabajen de forma fluida, la situación de aislamiento en la que viven muchas personas (comunicaciones cortadas entre el campo y las ciudades principales), el deterioro del sistema de agua y saneamiento, y las restricciones de movilidad. Todo indica que el impacto de la Covid-19 provocará una fuerte recesión económica y social, en especial en la zona de conflicto.
Naciones Unidas ya ha lanzado un llamamiento para acceder al equipamiento apropiado y alertar de la situación que se puede generar, ya que los servicios médicos se han reducido al mínimo por la emergencia sanitaria y el acceso a las comunidades más aisladas han sido canceladas.
Cáritas Ucrania ha solicitado apoyo para financiar un programa de mejora de las condiciones sanitarias y de higiene de la población más vulnerable de Donetsk y Luhansk. Cáritas Española ha decidido aportar a ese llamamiento una partida de 20.000 euros.
Apoyo a otros 10 proyectos
Estos últimos cuatro proyectos aprobados por Cáritas Española en Sudán del Sur, Níger, Malí y Ucrania, se suman a los proyectos ya aprobados en semanas anteriores dando respuesta a los llamamientos de las Cáritas locales de 10 países para afrontar los efectos sociales, económicos y sanitarios del coronavirus. A esos 10 proyectos, Cáritas Española ha destinado un total de 460.000 euros