– Las acciones previstas se prolongarán hasta finales de 2018 y se centran en el fortalecimiento de capacidades y desarrollo de medios de vida para los refugiados de cara a una eventual repatriación
– El proyecto cuenta con un presupuesto de 1.807.288 euros, de los cuales 1.445.830 han sido aportados por la Comisión Europea
Cáritas Española y la agencia EuropeAid de la Comisión Europea han sumado esfuerzos para poner en marcha en Tailandia un ambicioso proyecto de ayuda humanitaria para los refugiados birmanos acogidos desde hace más de tres décadas en 9 campos de refugio temporales repartidos a lo largo de la frontera con Myanmar. El proyecto se ha presentado esta mañana en el Foreign Correspondent’s Club Thailand (FCCT) de Bangkok, durante el acto de inauguración de los proyectos financiados este año por la Unión Europea en Tailandia.
Las acciones contempladas en este proyecto, que comenzó a ejecutarse el pasado 1 de enero y se prolongará hasta diciembre de 2018, se centran en el fortalecimiento de las capacidades y desarrollo de medios de vida de estos refugiados de cara a un eventual retorno.
De manera concreta, el objetivo es dar respuesta a dos necesidades prioritarias de esta comunidad: impulsar la producción agropecuaria por parte de los propios refugiados y garantizar la generación de ingresos que complementen la canasta básica que se entrega a los desplazados externos de Myanmar de larga duración en la frontera tailandesa. Además, se pretende fortalecer aquellas capacidades y conocimientos que puedan serle útiles para reconstruir sus vidas una vez que retornen a la vida fuera de los actuales campos de refugio temporal.
El proyecto cuenta con un presupuesto total de 1.807.288 euros, de los cuales 1.445.830 euros han sido aportados por la Comisión Europea, mientras los 361.457 euros restantes proceden de fondos propios de Cáritas Española.
Las diócesis tailandesas de Chiang Mai, Nakhon Sawan y Ratchaburi son el escenario donde ya se están llevando a cabo las acciones previstas, de las que se beneficiarán de manera directa más de 4.000 refugiados y otros 16.000 de forma indirecta.
Cáritas Española tiene una larga trayectoria de trabajo de cooperación fraterna en ese país con Cáritas Tailandia. Para la puesta en marcha de este proyecto se cuenta con la colaboración directa, como socio local y entidad ejecutante en el terreno, de COERR (Catholic Office for Emergency Relief and Refugees), un departamento de Cáritas Tailandia especializado en la acogida y acompañamiento a los refugiados.
Esta iniciativa, ejecutada en un contexto de ayuda humanitaria pero con un enfoque de desarrollo, se alinea con las principales agendas internacionales, como son el “Marco Estratégico para Soluciones Duraderas” de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y CCSDPT (Comité para el Servicio a las Personas Desplazadas en Tailandia), la política de la Unión Europea sobre desplazamientos forzados y desarrollo, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1 y 2.
105.000 desplazados
En 1984 se produjo la primera llegada de desplazados externos a Tailandia desde Myanmar, expulsados por los conflictos armados entre el Gobierno birmano y varios grupos étnicos. Actualmente, la población total acogida, que reside en 9 refugios temporales a lo largo de la frontera tailandesa, es de unas 105.000 personas. Aunque ninguna de ellas tiene el estatus de refugiado porque Tailandia no es firmante de la Convención Internacional para los Refugiados, aproximadamente la mitad está registrada por ACNUR, lo que significa que puede tener derecho a ser reasentada en un tercer país.
El Gobierno de Tailandia mantiene el acogimiento a esta población desplazada en refugios temporales y garantiza la seguridad de los mismos, mientras que la asistencia humanitaria ha sido asumida por la comunidad internacional. Ante una situación tan prolongada en el tiempo, el reto no es únicamente seguir suministrando a estas personas ayuda en cantidad y calidad suficientes, sino promover la reducción de la dependencia de la ayuda y el incremento de sus capacidades y oportunidades para desarrollar estrategias que les permitan vivir con dignidad, tanto dentro como, en un futuro, fuera de los campos.
En paralelo, el cambio político en Myanmar y la firma del alto el fuego con algunos grupos armados étnicos hace pensar que el momento de la repatriación puede estar más cercano, una perspectiva que se incorpora a las acciones que se desarrollen en el marco del proyecto liderado por Cáritas.
El proyecto presentado se basa en una experiencia de trabajo de 15 años en la frontera con Myamnar, donde la red Cáritas en el terreno ha impulsado la producción agrícola y la puesta en marcha de micro-proyectos entre la población desplazada, una actividad siempre orientada a la construcción de capacidades, el desarrollo comunitario y la inclusión social de las personas más vulnerables.