Se acaba de aprobar una partida de 133.000 euros para el programa de integración social e inclusión con el que se colabora desde 2008
Cáritas Española continuará dando apoyo a programas de protección de la infancia en Ucrania durante tres años más. Así lo ha decidido el Equipo Directivo, que acaba de aprobar la continuación de la financiación de un proyecto de integración social e inclusión de niños y jóvenes en ese país con el que Cáritas Española colabora desde 2008.
El proyecto, que la Cáritas local lleva cabo en cinco centros de menores de otras tantas ciudades de Ucrania, ofrece asistencia social y psicológica a niños que viven en circunstancias difíciles y a adolescentes en riesgo de exclusión.
El proyecto, que la Cáritas local lleva cabo en cinco centros de menores de otras tantas ciudades de Ucrania, ofrece asistencia social y psicológica a niños que viven en circunstancias difíciles y a adolescentes en riesgo de exclusión.
En esta nueva fase del programa –al que Cáritas Española va a aportar 133.000 euros hasta agosto de 2016–, se persiguen los siguientes objetivos: consolidar y ampliar el trabajo con los niños en los centros sociales, reforzar su educación escolar, acompañar a las familias de los menores, asesorar sobre el cuidado de la salud y favorecer la inserción laboral de los jóvenes, al tiempo que se les enseña habilidades sociales necesarias para su desempeño en la vida adulta.
Atención a un millar de niños
Atención a un millar de niños
Para lograr dichos objetivos, un equipo de psicólogos y trabajadores sociales acompaña a los menores durante un tiempo que oscila entre los seis y doce meses. Trabajan con cerca de un millar de niños y adolescentes de entre 5 y 18 años, muchos de los cuales no viven con sus padres, dado que éstos son trabajadores migrantes que residen fuera de Ucrania.
En esta nueva fase del proyecto, los centros están atendiendo a un mayor número de menores. Cada vez se atiende a más pequeños que, aunque viven con sus familias, mantienen relaciones muy conflictivas con ellas, o que presentan trastornos de comportamiento, depresión, problemas académicos serios o conductas de riesgo, como el alcohol y drogas.
En esta nueva fase del proyecto, los centros están atendiendo a un mayor número de menores. Cada vez se atiende a más pequeños que, aunque viven con sus familias, mantienen relaciones muy conflictivas con ellas, o que presentan trastornos de comportamiento, depresión, problemas académicos serios o conductas de riesgo, como el alcohol y drogas.