Cáritas Internationalis reivindica la ecología humana integral como solución ante la sucesión de crisis humanitarias
Cáritas Española alerta, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, de la vulnerabilidad de millones de desplazados y refugiados por las crisis de Venezuela, Siria y el Sahel.
En el marco de esta jornada, Cáritas Española se suma también al llamamiento de Cáritas Internationalis para reivindicar la importancia de la ecología humana Integral como única solución ante la sucesión de crisis, tanto por desastres naturales como provocadas por el hombre, a la que estamos asistiendo en lo que va de 2021. Sólo en los últimos días, estamos siendo testigos de la caída de Afganistán ante los talibanes y del trágico coste de vidas humanas causado por un nuevo terremoto en Haití, que se ha cobrado ya 1.500 vidas humanas, y ante el que Cáritas ha lanzado una campaña de emergencia para llamar a la colaboración con los damnificados.
A ello se suma, como recuerda Cáritas Internationalis, el colapso económico y la inestabilidad sociopolítica por la que atraviesa el Líbano, que se enfrenta a su peor momento desde la guerra civil, y las crisis prolongadas en el tiempo que se viven en países como Ucrania, Venezuela o Siria, entre otros.
En este escenario global, el cambio climático continúa causando daños graves e irreparables en numerosas regiones del planeta y provocando millones de migrantes, mientras la pandemia mundial causada por la COVID-19 ha paralizado social y económicamente a un mundo cada vez más globalizado.
Los focos de la acción humanitaria de Cáritas Española
Cáritas Española, que cuenta con amplia experiencia, presencia y actuación en diferentes contextos internacionales, ha centrado en el último año su actuación en el ámbito de la ayuda humanitaria en la atención directa del impacto de la crisis de la COVID 19 en los países más vulnerables. La pandemia ha supuesto, además, un agravamiento sin precedentes de crisis humanitarias ya existentes, así como un aumento en la precariedad de las personas y comunidades acompañadas en los numerosos proyectos de cooperación internacional desarrollados junto a las Cáritas locales.
Urge poner el foco, de manera especial, sobre la realidad de las personas en situación de movilidad y alertar de las emergencias creadas por la sobresaturación de los centros de acogida en la frontera este de Europa; las condiciones de vida de las personas rohingyas en los campos de refugiados de Cox Bazaar, en Bangladesh; la crisis humanitaria que viven los desplazados internos en la región del Sahel; la situación de millones de venezolanos en sus países vecinos (Ecuador, Perú, Brasil..); o la dramática crisis alimentaria de los pueblos centroamericanos, agravada, no sólo por el coronavirus, sino por el impacto de las ultimas emergencias climáticas tras el paso de los huracanes Eta y Iota por la región.
Otra realidad agravada con el impacto de la Covid es la situación de los pueblos amazónicos, que parte de una situación de vulneración de derechos previa a la pandemia y que no ha hecho más que deteriorarse en los últimos meses a causa de la creciente invasión de territorios indígenas, expolio de los recursos naturales por parte de empresas extractivas legales e ilegales, y la dificultad de acceso a la salud o acceso al agua segura. Todo esto ha hecho que los pueblos indígenas, campesinos y ribereños de la Amazonía vean seriamente comprometida su vida y el futuro de sus hijos, junto a las amenazas sobre la sosteniblidad del mayor pulmón del planeta.
En Venezuela, de la que en los últimos años han salido más de cinco millones y medio de personas, se vive el fenómeno migratorio más importante de la historia del continente americano y es el segundo más grande de la actualidad: este éxodo representando el 17% de la población total de migrantes que hay en el mundo, solo superado por la migración provocada por la guerra en Siria.
Cáritas Española apoya diferentes intervenciones en la región, con proyectos de acogida a las familias desplazadas venezolanas. Especial mención merece un proyecto de atención humanitaria apoyado por CE y AECID en las fronteras de Colombia con Ecuador (Diócesis de Ipiales y Pasto) y con Venezuela (Diócesis de Riohacha), con un presupuesto de 600.000 € y una población atendida de 8.863 personas. La inversión total en Colombia, Ecuador, Brasil y Venezuela en el último año para responder a esta crisis ha ascendido a 1.571.846 €.
En la región subsahariana del Sahel, el recrudecimiento de la violencia ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en la región de Liptako Gourma (zona fronteriza entre Mali, Burkina Faso y Níger). El aumento de los ataques perpetrados por grupos armados ha creado una crisis de movilidad humana sin precedentes, que afecta ya a 1.533.402 personas desplazadas entre los tres países.
Más de 3.000 centros escolares y 200 centros de salud se encuentran cerrados tras los ataques, lo que ha reducido drásticamente los servicios básicos en toda la región.
Durante el último año, Cáritas Española, junto a Caritas Burkina y el apoyo de la UE, ha desarrollado un Proyecto ECHO para garantizar asistencia alimentaria de emergencia durante 8 meses a 1.600 nuevos hogares desplazados en las diócesis de Dori y Ouahigouya. Debido al inicio del periodo de escasez de alimentos, el proyecto asistió también a 400 hogares de acogida y 1.000 hogares residentes vulnerables, para ayudarles a proteger sus medios de vida y mantener la cohesión social en las comunidades. Se rehabilitaron, además, 15 pozos de agua potable en las zonas de mayor concentración de personas desplazadas, que serán gestionados de manera comunitaria.
Siria sigue siendo el escenario una de las crisis más vastas y complejas del mundo, cuyo final aún no se vislumbra. La guerra ha empujado a más de cinco millones y medio de refugiados fuera del país y ha desplazado a otros seis millones de sirios dentro de sus fronteras. Desde 2011, sólo Jordania ha brindado refugio a más de 1.3 millones de sirios.
Asimismo, la crisis ha tenido un profundo impacto humanitario, socioeconómico y político en el vecino Líbano y en su población, ya que, en un país de cuatro millones de habitantes, están registrados cerca de un millón de refugiados sirios, lo que lo convierte en el país con mayor número de refugiados per cápita del mundo. Esta población se suma a un millón de libaneses vulnerables y casi 300.000 refugiados palestinos.
Cáritas Española mantiene su intervención humanitaria en esta región con proyectos tanto dentro de Siria como en los países de Medio Oriente y Europa del Este que acogen a esos refugiados. Dentro del territorio sirio, donde el 83% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, Cáritas apoya, con fondos de la AECID (646.476 €), a los desplazados internos de Hama y Homs. Por su parte, en los países de acogida se proporciona a los refugiados más vulnerables acceso a la sanidad, la educación y la atención psicosocial, junto a programas de integración social a medio y largo plazo.
Llamamiento de Cáritas Internationalis
En el comunicado difundido con motivo del Día de la Asistencia Humanitaria, Caritas Internationalis recuerda “en este momento dramático, cómo las decisiones políticas erróneas basadas en intereses creados provocan sufrimientos incontables para las personas más pobres e insta a los responsables de la toma de decisiones a adoptar las medidas correctas y necesarias para evitarlo”.
La nota señala el caso de “Afganistán como un ejemplo vívido, en el que el mundo entero está presenciando, avergonzado y en silencio, la difícil situación y la desesperación de los afganos inocentes que han sido abandonados a su suerte en manos de señores de la guerra antidemocráticos y despiadados después de 20 años de acompañamiento político”.
Como afirma Cáritas Internationalis, “la dignidad de las mujeres, los derechos de los niños y el principio de protección de los más vulnerables no son más que meras declaraciones de buenas intenciones cuando, en Afganistán y en otros lugares que atraviesan una situación de crisis, vemos cómo los ciudadanos indefensos son ignorados y abandonados a su suerte”.
“Del mismo modo –añade— la crisis libanesa revela cómo una sociedad en buen estado de salud puede ser destruida por líderes políticos corruptos, que han acumulado riquezas y empujado a cuatro millones de personas al empobrecimiento, incluso sin alimentos básicos como el pan.
“Los desastres naturales que golpean a las naciones más empobrecidas son también una llamada de atención para proteger, defender y salvar vidas a través de una acción política decidida. El reciente terremoto en Haití, en medio del caos político y económico del país, representa un gran desafío humanitario”.
“Finalmente, los incendios forestales –que en 2021 están registrando una de las peores temporadas en décadas a nivel mundial—, la sequía, la degradación ambiental, el aumento del nivel del mar, las inundaciones y los tifones son fenómenos originados todos ellos por la falta de cuidado del medio ambiente que conduce al cambio climático y a la crisis ecológica”.
“Cáritas Internationalis, una confederación de 162 miembros que trabaja con las comunidades de base en 200 países y territorios, está siendo testigo de los incontables sufrimientos causados por estas crisis naturales y las provocadas por la mano del hombre. Y en línea con la enseñanza del Papa Francisco, en este Día Mundial Humanitario, recordamos que la única solución es la ecología humana integral, poniendo el interés y la dignidad de la persona humana en el centro de todas las actividades y decisiones. Sin una voluntad política decidida por parte de los responsables de la toma de decisiones y de los líderes políticos, no habrá cambios y no será posible garantizar el bienestar de los más pobres”.
“La COP26 (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en Glasgow) debe abordar este desafío como una prioridad urgente, y proponer soluciones tangibles y adecuadas con la asignación de los medios necesarios para realizarlas”.
Adopción urgente de medidas valientes
En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, Caritas Internationalis “insta a los responsables de la toma de decisiones a tomar medidas valientes para abordar los diferentes problemas relacionados en particular con el cambio climático, el impacto de la pandemia y la inestabilidad política en Afganistán y Líbano. Sin una voluntad política decidida, la vida humana está en peligro y una parte de la humanidad está destinada a sufrir y vivir en condiciones espantosas de pobreza inhumana. La Confederación Cáritas insta a los líderes políticos y tomadores de decisiones a:
- Garantizar la seguridad de la población afgana y la satisfacción de las necesidades básicas del pueblo libanés.
- Asignar fondos suficientes para que las comunidades locales se involucren en actividades de desarrollo basadas en la comunidad, tanto agrícolas como no agrícolas, para garantizar sus medios de subsistencia y su seguridad alimentaria.
- Dar una importancia primordial a la gestión de desastres en las comunidades locales, especialmente las actividades de reducción de riesgos, para garantizar la seguridad de las personas a través de sistemas de alerta temprana.
- Alentar a los Gobiernos locales a entablar una estrecha cooperación con las organizaciones de la sociedad civil local y fortalecer su mecanismo de respuesta poniendo un énfasis particular en la acción humanitaria para abordar las consecuencias del cambio climático.
- Asegurar el acceso a la atención básica integral de salud para los más vulnerables, incluyendo vacunas contra enfermedades mortales.
- Comprometerse con un conjunto de políticas globales económicas e industriales inmediatas, con el fin de minimizar el impacto sobre el calentamiento global y la degradación de los ecosistemas”.