El cardenal Rodríguez Maradiaga expresa su alegría por la elección
En una nota hecha pública esta misma mañana en Roma, Cáritas Internationalis –organización humanitaria y de desarrollo oficial de la Iglesia católica, de la que forma parte activa Cáritas Española y que funciona a través de 164 Cáritas nacionales, con presencia en más de 200 países y territorios de todo el mundo– saluda la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, como Papa Francisco.
Cáritas se une a Papa Francisco en sus oraciones por la iglesia y el mundo. “Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad,” dijo el nuevo Papa ayer durante su bendición Urbi et Orbe.
El cardenal Bergoglio, jesuita argentino, es el primer papa de América Latina. Jugó un papel destacado durante la crisis económica argentina al llamar la atención contra el grave impacto que la globalización podría tener sobre los pobres. Ha mostrado una profunda compasión hacia las personas afectadas por el VIH y el SIDA: en 2001 visitó un hospicio, donde lavó y besó los pies de doce enfermos de SIDA.
Declaración del cardenal Rodríguez Maradiaga
El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internationalis, ha declarado: “En nombre de toda la familia Cáritas, quisiera expresar la gran alegría en la elección de papa Francisco. Ha elegido el nombre en memoria de San Francisco de Asís, un Santo que estaba muy cerca de los pobres y de la naturaleza. Esperamos que sea un gran Papa en el apoyo de nuestro trabajo en la promoción de la opción por los pobres, la justicia social y una humanidad que viva en armonía con la naturaleza.”
El vicepresidente de Cáritas Internationalis, Erny Gillen, por su parte, ha afirmado lo siguiente: “Cáritas acoge con alegría al nuevo Papa, que inmediatamente comenzó su ministerio con palabras de amor y fraternidad. Francisco oró por su predecesor y –en un gesto histórico— rogó al pueblo de Dios a rezar por él antes de impartir su bendición a Roma y al mundo. Él puede contar con nosotros. Pondremos lo mejor de nuestra parte para servir a los pobres como hermanos y, dar testimonio, así, del amor incondicional de Dios, padre de toda la Humanidad”.