Este sábado 16 de diciembre, Cáritas Diocesana de Salamanca ha celebrado en la Catedral Vieja la Eucaristía de Acción de Gracias, como broche de oro a 60 años de labor por los más vulnerables.
Una ceremonia que estuvo presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana, y que acogió a participantes, voluntarios y trabajadores de Cáritas, reunidos con la comunidad cristiana.
La eucaristía comenzó con una monición de entrada a cargo de Carmen Calzada, directora de Cáritas Salamanca, quien ha querido agradecer estos 60 años “de servicio a los hermanos más vulnerables y necesitados”. Resaltando el esfuerzo y las dificultades de la labor, pero con la confianza del apoyo de la comunidad cristiana. Además, encomendó a nuestra Señora de la Vega luz para “saber mirar la realidad con un amor que lo da todo, lo comprende todo y lo perdona todo”.
Por su parte, el obispo ha querido felicitar y dedicar unas palabras a la organización, agradeciendo “la historia, la vida, y la acción ingente de Cáritas Salamanca”. Tal ha explicado el prelado, “Cáritas es una manifestación pública de la Iglesia como pueblo de Dios. Desde el amor al prójimo, a través del amor a Dios”.
También ha querido reiterar que la acción caritativa de la Iglesia no puede limitarse a socorrer las necesidades materiales de los vulnerables, sino que debe practicarse despertando la conciencia de su dignidad humana. “Haced que el rostro de Cáritas exprese el amor de Dios, rico en misericordia, que invita a acudir con confianza”, ha transmitido a los trabajadores y voluntarios.
Durante el acto, se sucedieron los cánticos y las lecturas del evangelio, como mensajes de esperanza a través del amor de Cristo. Junto con los testimonios de varios participantes y voluntarios de los proyectos de Cáritas, que han querido agradecer la labor de la entidad y han rogado a Dios para “encontrar la ayuda que nos permita seguir adelante, superando las dificultades, a través del respeto, cercanía, cariño, escucha, amor y humanidad”.
Cada testimonio ha estado representado por una cinta roja, que partía de cada uno de los corazones que forman el logo de Cáritas. Símbolos de la dimensión eclesial y del amor fraternos que impulsan una labor que dignifica y acompaña la vida de muchas personas que sufren.
Concluyendo con la lectura de la oración “60 años de amor por los demás”, en la que una trabajadora de Cáritas ha dado gracias a Dios por estos 60 años de historia, pidiendo que siga “alimentando nuestra caridad y espíritu generoso, para que seamos capaces de servir a los demás con ternura y compasión. Para que nunca perdamos la ilusión de construir un mundo más justo y solidario”.
¡Gracias a todos los que habéis compartido esta ceremonia con nosotros!