Cáritas Española continúa apoyando a Cáritas Iraq para proporcionar ayuda de emergencia a los miles de desplazados que han abandonado sus casas y ciudades huyendo de la violencia que ha desatado el grupo yihadista “Estado Islámico de Irak y Levante” (EIIL).
En los últimos días, los acontecimientos en el norte del país han empeorado dramáticamente, según informan los miembros de un equipo de Cáritas Iraq que visitó la región para conocer las necesidades de los desplazados. Mientras Mosul sigue bajo control del EIIL, en Tikrit persisten los combates entre este grupo y las fuerzas gubernamentales.
Pero los enfrentamientos armados se repiten en otras muchas zonas del país, como Al-Anbar o Faluya, donde las fuerzas del Gobierno y las facciones insurgentes suníes combatend esde febrero. Ya entonces Cáritas Iraq, con el apoyo de Cáritas Española y otros miembros de la red Cáritas Internationalis, lanzó un plan de emergencia para suministrar alimentos, agua potable y mantas a la población civil.
Tras la toma de Mosul por el grupo Estado Islámico de Irak y Levante, la mitad de sus habitantes huyó de la ciudad, entre ellos la comunidad de 3.000 cristianos que, en su mayoría, se refugiaron en el área de Qaraqosh cercana provincia de Nínive, que cuenta con una importante minoría cristiana de 40.000 personas. Muchas de estas son familias desplazadas que llegaron a esta región en 2006, huyendo del a violencia sectaria que se desencadenó en Bagdad y otras zonas de Iraq.
Un millón de refugiados en el Kurdistán
Pocos días después de ocupar Mosul, el EIIL se hizo también con el control de Nínive, desde donde el pasado 25 de junio empezó a bombardear Qaraqosh y a combatir con las milicias kurdas que protegen a su población. Estos enfrentamientos han provocado centenares de muertos y nuevos desplazamientos de población hacia Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
Cáritas Iraq estima que una 15.000 familias han abandonado sus hogares en Qaraqosh. Algunas de ellas han encontrado refugio en casas de familiares, iglesias y campamentos, donde se encuentran viviendo en condiciones muy precarias, mientras otras están atrapadas en los puntos de control militar de entrada al Kurdistán.
Además, muchas carreteras del norte de Iraq están cortadas, lo que dificulta el acceso de los desplazados a Erbil y a otras zonas de esta región autónoma, que son las únicas áreas seguras. Se calcula que la Región Autónoma del Kurdistán acoge actualmente acerca de medio millón de refugiados.
Ante esta situación, Cáritas Iraq ha alertado sobre el riesgo de una grave crisis humana, por lo están dedicando todas sus energías y recursos a prestar ayuda de emergencia a las familias más vulnerables.
Hace varias semanas que Cáritas comenzó la distribución de alimentos y otros artículos de ayuda humanitaria a 2.000 familias en el área de Nínive y en la provincia kurda de Duhok. Para llevar a cabo este programa de respuesta a la emergencia, cuentan con la colaboración de la red Cáritas. Cáritas Española ha aportado desde el comienzo de la crisis, en febrero pasado, 80.000 euros para apoyar los programas de ayuda de emergencia a las personas desplazadas.
Apoyo permanente de Cáritas Española a Cáritas Iraq
La cooperación fraterna entre Cáritas Española y Cáritas Iraq se remonta al momento mismo de la creación de esta última, en 1992. Durante esa década, Cáritas Española participó en la respuesta a la crisis causada por los efectos del embargo y siguió haciéndolo tras la invasión de Iraq, en 2003. Hasta ahora ha colaborado –y lo seguirá haciendo– en diversos programas de emergencia y desarrollo: ayuda de emergencia a desplazados y víctimas de la violencia, programas para familias especialmente pobres y vulnerables, y apoyo a personas con necesidades especiales.