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Alicia Carrillo: “En Cáritas me han dado razones para seguir adelante. Motivación para luchar por mis hijos y seguir aprendiendo”

5 julio, 2024

El área de inserción laboral de Cáritas Salamanca ayuda cada año a cientos de personas en situación vulnerable a formarse y encontrar trabajo, mejorando su situación socio laboral.

Buscar empleo no es fácil; requiere información, apoyos y resiliencia. El área de Inserción Laboral de Cáritas Diocesana de Salamanca es muy consciente de ello, y por eso, lleva años acompañando a personas en situación o riesgo de exclusión social en su búsqueda de empleo, a través de la activación y el desarrollo de itinerarios integrados y personalizados de inserción.

Un proyecto que, desde septiembre del año pasado, cuenta con la financiación del Programa Operativo de Inclusión social, garantía infantil y lucha contra la pobreza del FSE+, cuyo objetivo específico es “fomentar la inclusión activa para promover la igualdad de oportunidades, la no discriminación y la participación activa, y mejorar la empleabilidad, en particular para los colectivos desfavorecidos”.

Empezar de cero

Todos los años, cientos de personas pasan por este proceso. Personas como Alicia Carrillo, una mujer peruana de 49 años que llegó a España en 2023 en unas circunstancias muy complicadas. Huía de una relación abusiva de su ex pareja, unida a la inestabilidad en su país y la extorsión de una mafia local. Eligió España como destino “por el idioma, y porque mi hija mayor ya estaba aquí”. Además, traía consigo dos hijos menores de edad, a los que quería dar un mejor futuro. Ya en Salamanca, su hija le recomendó acercarse a Cáritas.  “Para inscribirme en la bolsa de trabajo, y poder aprender lo necesario para trabajar aquí”, recuerda.

Su recorrido comenzó con diversas entrevistas individuales a cargo de un orientador laboral, quien evaluó con ella, además de la experiencia laboral, su motivación para el empleo, los objetivos y expectativas laborales, sus competencias básicas y transversales (con especial énfasis en las competencias digitales), el conocimiento del mercado y los derechos laborales, así como el manejo de las técnicas de búsqueda de empleo. Todos estos elementos eran fundamentales para valorar su nivel de empleabilidad, y decidir qué acciones emprender para lograr su incorporación laboral.

En los meses siguientes, Alicia se estuvo formando en el Centro de Empleo Padre Basabe. A través de dos cursos – ‘Cuidado de personas mayores en el hogar’ y ‘Operaciones básicas de Cocina’ -, además de un taller grupal sobre cómo afrontar una entrevista de trabajo, otro taller de formación en derechos laborales básicos y una formación sobre el “uso del móvil para la búsqueda de empleo”, gracias al cual, ahora sabe cómo enviar un currículo o responder un anuncio a través de internet. “Me vino muy bien porque socializaba con otras personas y tenía en qué ocuparme. Me sentía útil”, recuerda.

La orientación laboral ha sido clave durante todo el proceso. Incluyendo cómo elaborar un currículo efectivo, o como conseguir su número de afiliación a la seguridad social, indispensable para darse de alta y poder cotizar. Además, su orientador personal se ha preocupado por su situación socioeconómica, para responder a las dificultades sociales que pudiera tener, y mejorar la realización de su itinerario. En este caso, recibiendo apoyo económico en momentos puntuales desde el servicio de acogida de Caritas en el pago de su alquiler.

Un futuro esperanzador

Con el tiempo, Alicia ha recibido varias ofertas de empleo gestionadas por el servicio de intermediación laboral, hasta que finalmente la contrataron como empleada de hogar externa. “Estoy muy contenta, porque a mis empleadores les gusta cómo trabajo y me siento acogida”, explica. Y gracias a su constancia y búsqueda de empleo activa, ha conseguido otro trabajo como limpiadora en una residencia para este verano. “Siendo honrada y honesta, consigues que te recomienden. Hay que trabajar con mucho amor”, afirma orgullosa.

La Alicia actual es muy diferente de aquella mujer cohibida que llegó a España hace año y medio. “En Cáritas me han dado razones para seguir adelante. He ganado en confianza, capacidad para desenvolverme, seguridad… Motivación para luchar por mis hijos y seguir aprendiendo”.

Por último, Alicia anima a otras personas en su situación a acercarse al programa de formación y empleo de Cáritas. “Les digo que se inscriban, porque hay muchas personas que le van a ayudar a formarse. Eso sí, tienen que ser responsables y luchar por sus sueños”, concluye.

Un proyecto financiado por el Programa Operativo de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha Contra la Pobreza Cofinanciado por FSE+ (CCI – 2021ES05SFPR003)

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