¿Qué haces con tu hermano?
Con motivo del día Nacional de Caridad presentamos la tarea realizada y los recursos económicos invertidos en el ejercicio 2014. Detrás de las cifras están las personas, los más pobres y vulnerables que sufren de manera directa los efectos de la situación actual, por ello, este año queremos presentar nuestra memoria de una manera más cercana y participativa. A parte de los datos de las actividades y recursos económicos, este año destacamos los testimonios y frases de las personas a las que acompañamos, de los voluntarios que comparten su tiempo y esfuerzo y de los socios y donantes, que ofrecen sus bienes.
La memoria 2014 quiere ser aliento de esperanza, queremos que a través de sus páginas las personas encuentren su apoyo, porque ellos son los verdaderos protagonistas de nuestra acción.
Este año hacemos una llamada urgente a volcarnos en la realidad que vivimos, en la de las personas que ven recortados sus derechos cada día. Tenemos que movernos ante las injusticias cotidianas. “¿Qué haces con tu hermano?”, pretende interpelarnos sobre quién es realmente el otro para nosotros, cuál es su dignidad y cómo acompañamos y cuidamos al que está en situación de necesidad o de desventaja social. Resulta difícil mirar hacia otro lado. No podemos vivir ajenos al drama de las personas que no tienen trabajo, a los cierres de las empresas, a los jóvenes excluidos del mercado de trabajo y con horizonte incierto, a las más de 9.000 familias con todos sus miembros en paro y que no llegan a fin de mes con escasas posibilidades de procurar alimento y bienestar básico a sus hijos.
Es imposible no sentir, no escuchar, no querer ver. La respuesta de Caín, “¿soy acaso guardián de mi hermano?”(Gen 4,), se convierte hoy en una pregunta homicida que tiene que interpelarnos porque nos hace cómplices. Nuestra dignidad humana no nos permite ocuparnos sólo de lo nuestro, ni dejarnos indiferentes ante el derroche de los poderosos y el hambre de los pobres. Ha llegado el momento de conmovernos y movernos, de salir de nuestra tierra, nuestra casa, a otra tierra de paz y prosperidad, y a otra casa que sea hogar de comunión, pero para llegar allí antes deberemos cargar los unos con los otros, acompañarnos y acogernos, y estar dispuestos a transitar caminos y lenguajes nuevos de justicia, austeridad, de trabajo y bienestar para todos, más allá de nuestro intereses personales e individuales.
Desde Cáritas proponemos:
• Construir y potenciar lo comunitario, como camino para la humanización.
• Promover una actitud que tenga como fundamento la «cultura del encuentro la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno.
• Poner a la persona en el centro de las cuestiones económicas y sociales.
• Recuperar y hacer que lleguen a todos de manera efectiva derechos fundamentales como la salud, la vivienda y el empleo.
• Asegurar unos ingresos mínimos para que todos los ciudadanos puedan vivir en condiciones de dignidad.
• Trabajar por la igualdad entre hombres y mujeres en distintos ámbitos de la sociedad: en las familias, en la escuela, en el mercado laboral.
• Poner en práctica políticas de empleo activas e inclusivas que den cabida a todos y pongan en práctica el derecho universal al trabajo.
• Apostar por un desarrollo sostenible que desde el respeto al mundo que habitamos, haga posible que los recursos naturales y los frutos de la tierra lleguen a todos.
• Invertir en educación, formación en valores, atención a la diversidad, avance en la igualdad de oportunidades, el respeto a las minorías, la promoción de la equidad y la compensación de desigualdades.
• Poner en marcha una política de vivienda que garantice este derecho y que prevenga y ayude a combatir la vulnerabilidad y la exclusión.